miércoles, 30 de noviembre de 2011

NI SAMPEDRO NI SAN PEDRO



No es por ser aguafiestas, pero…
Leo que le han dado el premio nacional de literatura a José Luis Sampedro. Así los sociatas se cubren las espaldas y quedan como Dios con el 15-M…
Los contestatarios no rechazan las prebendas del enemigo, aceptan, que los premios molan mucho…
Yo creo que SP es fundamentalmente un bocas. Senador real, asesor de los banqueros, subdirector del Banco Exterior de España…, de repente el jambo mete todo este currículum en un cajón y ahora va de autentiquísimo (ácrata, ecologista, indignado…). Pues bueno.
En cuanto a la obra de SP, para qué hablar de novelas fundamentalmente cursis que hemos leído (Real Sitio); otras que hemos dejado por la mitad (Octubre, octubre), y otras que no hemos tenido estomago ni de empezar (El amante lesbiano).



Ahora explico el origen de esta rencorosa entrada:
Yo me tragué el Real Sitio para una entrevista que le iba a hacer a SP, para tener algo que preguntarle. Incluso tenía comprador para el reportaje, cosa que, siendo free lance, no siempre pasaba. Me la habían encargado en Paisajes desde el tren, una revista de la RENFE que pagaban de puta madre. (Aquello era cuando la cosa pública: revista en papel couché que finalmente desaparecería de los presupuestos…)



La entrevista tenía oportunidad, pues ese mes le habían encargado un relato a SP en Paisajes. El redactor jefe de la revista había ido a su casa a recogerlo y me había avisado que SP era bastante borde.
Pero yo iba todo confiado porque había leído entrevistas y declaraciones de SP: “Hay que ayudar a la juventud, no hay derecho a lo que hace la sociedad con ellos, hay que darles una oportunidad, etc”.


Llamé a San Pedro y el cabrón me daba largas. Se refería sin duda a una juventud en abstracto, una juventud idealizada que no dejaba de ser molesta cuando tomaba cuerpo y voz al otro lado del teléfono.
Así que hasta se lo dije: “Hombre, mire, yo estoy empezando en esto y me vendría muy bien publicar esa entrevista…”. Y el viejo, al otro lado del hilo: “Sí, sí, claro, claro…”.
Pero la entrevista no me la daba.
Mientras tanto leía en la prensa cultural que el venerable anciano acudía a todo tipo de saraos…
(Todo esto que estoy contando debió de ser hace veinte años, y ya SP era viejísimo).


Resumiendo: al final, llamadas y semanas después, SP concedió aquella entrevista y estuvo hablador y simpatiquísimo, progresista sin tacha.
Pero cuando la llevé a la revista había pasado el tiempo y el relato sanpedril ya lo habían publicado en el número anterior, así que… me la comí con patatas la entrevista.
Moraleja: Ni San Pedro ni Sampedro.
(A mí en el fondo me da igual que le den el premio, hasta me parece bien, ¿a quién se lo iban a dar, si no?, pero creo que la reminiscencia daba para una entrada graciosa, yo por lo menos me he reído un montón mientras la escribía...Enhorabuena y que te aproveche, San Pedro.)


martes, 29 de noviembre de 2011

POEMA ULTRAISTA

Este poema lo he escrito yo, ¿qué pasa?


torres entre la selva con patas de araña
torres en la ciudad como vírgenes de piedra
la ciudad desleyéndose en rosa y gris
bajando por la vereda
en la vaguada umbría y fresca
encontrarás al cristo de los pepinos
donde el agua negra no corre corre
el conejo a veces quieto
y sus orejas recortadas en la sombra
entre las zarzas sube la luna
ciudad selva y luna como tres círculos
luna como la pelota que acabará subiéndose a la torre
ciudad como el motor gris y gras(a)
selva suave oliendo a trigo
bajo la tierra el molino romperá los hielos


viernes, 25 de noviembre de 2011

POEMA PARA IKER JIMENEZ




Unos amigos del grupo de "Psicopoesía" me encomiendan que, "como editor", de salida en Los ojos abiertos a este poema que han compuesto, dedicado a Iker Jiménez, artífice del "Cuarto Milenio". Ahí va...



Poema nº2

Cetme, cabeza, sangre derramada
niña muerta.
Pentáculo responde…voces de otros mundos,
xenogloxia.
Psicotristeza del condenado al garrote,
gloxolalia.
Crononauta que llega Carmen lo ilumina,
nueva vida.
Friburgo legitima la dulzura de la iluminación,
sangre nueva.
Bradbury, Roswell, Ummo palabras conspicuas.
Verbo inerte.
Temblor y naipe. Argumentos desfasados
ciencia que viene.
Rompen las razones en el arrecife de la acádemia,
vuelve la sabiduría.
Música de las esferas invaden tu cabeza delicada, verónica
del conocimiento.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

EN LOS CASILLOS



La tarde me ha pillado en los casillos, con el último sol sobre La Centenera, y por el lado del puerto unos nubarrones que venían desde Somosierra. Estábamos Juanillo y yo en un banquito que tienen -un banco de madera cogido del pueblo, por lo que la finca parecía una plaza. Una plaza inclinada: están los casillos y unos robles y el rebaño -unas cien cabras- entre los robles y ahí comienza una cuesta abajo hasta la carretera.





Ha venido el hermano de Juan y hemos separado las cabras en dos manadas, dividiéndolas por detrás de las casetas y luego las hemos entrado a dos corrales diferentes. Al abrir han salido los cabritos, que estaban dentro, pequeñitos y retozones como terciopelos. Enseguida los volvemos a meter y van a mamar de las cabras, pero como sólo pueden mamar dos cabritos de cada una, mientras yo sujeto a la cabra por los cuernos, Juan y su hermano separan con el bastón a la aglomeración de cabritos que van todos a chupar.




Los pequeños se arremolinan todos en torno a mí y me chupan/muerden las playeras y las perneras del pantalón. Tienen unos dientecitos pequeñitos, como los cuernecillos que les están creciendo y les meto el dedo en la boca y succionan; algunos muerden un poquito pero sin hacer daño.


Hemos cogido un cabrito y bajamos a La Puebla en el Land Rover, Juanillo detrás sosteniendo al animalillo. Todavía es de día. En el zaguán, Juan ata al cabrillo por las patas y desde la cocina oigo que bala y llora casi como un niño asustado. Es una pena, pero... me dice Juan con expresión compungida mientras degüella al bichito que se remueve. Son cinco minutos. Pero en un minuto está ya seco, sin moverse. Le tocamos los ojos pero no parpadea.

Juan lo cuelga y le va despellejando. Juan y su hermano hablan de la fisiología de los cabritos, "son muy parecidos a nosotros, son como las personas". Luego hablamos de los gatos, animales de gran paciencia, según J, "muy liberales y de mucho sentido de la orientación". El hermano –al que llamo “el galo”, por sus bigotes rubios como Asterix- cuenta que estuvo veinte años en Madrid, trabajando en la prensa, el diario Ya, que fue perdiendo fuelle con la transición y al final quebró finalmente cuando lo cogió Rodríguez Menéndez.  


Después, llenamos el coche con leña y cenamos chorizo y queso Juan y yo viendo el partido, la derrota del Athletic. Juan me ha dado una pata de cabrito para casa y vamos al bar pequeño a tomar café. Ya el partido está echado a perder y el galo filosofa: La que se va a montar en Las Ramblas, y en Canaletas... 

PAJAROS DEL MANZANARES

Un cormorán como éste he visto esta tarde, a orillas del río, por la zona de la Casa de Campo. Estaba secándose las alas, muy tranquilo, totalmente a su rollo, encima de unos arbustos...
(La foto no es mía, la he sacado de un blog -o sea que éste cormorán no es "mi" cormorán-, es que en ese momento no llevaba cámara, qué putada, pero de ahora en adelante estaré al loro, digo, al cormorán).

domingo, 20 de noviembre de 2011

sábado, 19 de noviembre de 2011

QUEDA LA ESPERANZA




Queda la esperanza de que no nos destruyan mientras puedan seguir chupándonos la sangre

SHIBUMI




La puesta en escena no puede ser más cinematográfica. Arden las calles y las masas ocupan las grandes ciudades. Mientras tanto el shibumi –mezcla de guerrero, místico y aristócrata- se retira a reflexionar junto a la costa verde y solitaria, acompañado sólo de dos consejeros/guardaespaldas, en realidad sólo ante el peligro…
En su retiro custodia el fuego sagrado.
¿A quién aguarda en su refugio el guerrero zen? Quizá la llegada de algún consiglieri con hombres armados, a quienes tendrá que enfrentarse…, quizá el asalto de mafiosos –enviados por banqueros y empresarios- que vayan a cobrar “la deuda”…
El guerrero zen es un hombre de paja, un espantapájaros, que se dejará arrebatar el fuego sagrado…, o lo venderá por un plato de lentejas.
Por medio.

lunes, 14 de noviembre de 2011

ARTE Y ENSAYO

 Vaya coñazo que nos tragamos el otro día en la filmoteca. Lo mejor de todo fue la presentación de la película, presentaba Peter Berling, actualmente autor de best seller históricos, otrora productor de películas tan infumables como la que vimos: El reino de Nápoles, dirigida por Walter Schroeter…
Berling -un gigante setentón, gordo y cansado, vestido de negro cual gitano centroeuropeo- vendió muy bien la moto, tan bien como los best seller, se supone…Hablaba en alemán y cuando se entusiasmaba saltaba al español, dejando sin trabajo a su traductor simultáneo, quien se encogía de hombros.
¿Cuántas personas habríamos en el cine? ¿Cincuenta, sesenta? Berling parecía dirigirse a cada uno de nosotros, familiar y bonachón.
 Berling  había acudido a Italia al encuentro de Schroeter para hacer El reino de Nápoles, dejando a medio terminar un proyecto con Fassbinder, que se moría de celos hacia Schroeter…
Habían empezado rodando sin guión, e improvisaban un poquito cada día... hasta que la película se terminó como si se hubiera rodado sola. Después –dijo- todo fueron éxitos, arrollando en Berlín, en Delhi, en Venecia, y en todos los sitios menos en Nápoles, donde no podían entender que unos alemanes hubieran querido rodar una peli sobre la miseria de su ciudad. “Ellos no tenían huevos para hacerla”, vino a decir Berling…
Terminada la presentación, no había más que lanzarse a visionar aquella obra de arte, que enseguida devino en potentísimo somnífero. “El reino” narra treinta años en la vida de una familia napolitana, al compás de la historia. Cada secuencia compuesta de interminables planos descriptivos, además del maniqueísmo de la historia, en la que, todavía, en los años 60, cuando los napolitanos se manifiestan en la calle contra el Vietnam, siguen muriéndose en sus casas de cualquier infección que pillen (¿qué pasa, no había penicilina, ni hospitales?)


Werner Schroeter -1934-2010 (que en paz descanse), cosechando premios sin fin

 
Pero eso casi era lo de menos. Lo único que quedaba era esperar que corriera el calendario: 1939…1942…1943….1946…1947…1949…1952…1953………….1960….Uf. uf.


En un momento dado, el protagonista, un tal Massimo, afiliado al PC, sale de la cárcel y escéptico pasea por una playa supercontaminada de Nápoles, filosofando -“todo es una mierda, todo está perdido, etc”-.  Ya respiramos pensando que se acaba la película, que quizá Massimo felizmente se ahogue, pero… pero... he aquí a Massimo tres años más tarde, encabezando una manifestación, y…y… aún otros tres años después, disfrutando del carnaval napolitano… Salimos literalmente machacados, con dolor de cabeza, dolor de espalda y mala hostia, e inútilmente buscamos al bueno de Berling por callejones aledaños a la filmoteca.

 Klaus Kinski metiéndole de hostias a un juvenil Peter Berlin

jueves, 3 de noviembre de 2011

VAMOS A MENOS

¿De quién la genial idea de cerrar el metro de Madrid a las doce de la noche…?
De toda la puta vida de Dios, que uno recuerde y sepa, el último metro ha salido de la cabecera del trayecto a la una y media de la madrugada…O sea que podías cogerlo incluso más tarde de las 2.00 en algunas estaciones, en el transcurso del recorrido hasta la estación final.
Pero ya se venía venir, primero empezaron a decir por los altavoces –en lugar del tradicional Señores viajeros- eso de Señores clientes. (“Señores clientes”, como si habría ochenta metros distintos para elegir…)

 
Y aluego, en los paneles: “Sres clientes: ha finalizado el servicio de trenes en esta vía”. Pero es que todavía no era ni la una y media. Lo que ponía en los paneles era mentira. Algunos inocentes abandonaban los andenes y salían otra vez a la noche lóbrega, cuando todavía quedaban unos cuantos convoys haciendo el recorrido.

Esto para acostumbrar al personal.
 
Cuando la huelga de metro, aquella “huelga salvaje”, los metreros le echaron un par y se salieron con la suya: que no les rebajaran el 5% (al final fue un 1% y vale), para lo cual las autoridades demagógicas se amparaban en que los trabajadores de metro eran funcionarios. Pero solamente eran personal laboral, amigo.

 
Lo de “que eran funcionarios” lo decía Granados, aquel consejero hoy día cesado y caído en desgracia (no hay que alegrarse demasiado, otro peor vendrá).

“Granados, consejero, recibe a estos bomberos”, le cantábamos en la Puerta del Sol, pero Granados ni asomarse. “Estoy hasta los cojones de los bomberos” dijo a micrófono cerrado que al final estaba abierto…

 
Sólo que esto, como dijo Kipling, es otra historia. Uno quería escribir de vaga y amena literatura, pero es que…

HOMENAJE A TINTIN/HOMENAJE A ASIS

EL MADRIZ

Esta es la portada del número 1 del “Madriz”, que compré al salir del Palacio de los deportes (véase la entrada Batallitas de la movida: 24 horas de rock). Había un chavea vendiéndolo, en plan chico de la prensa, en el vestíbulo del pabellón, vestíbulo con suelo de terrazo y columnas de granito, que olía un poco a sobaco de jugador de baloncesto… Eso antes de que lo destruyera no una bomba, sino terrible incendio.
El "Madriz" era una revista de cómics, o más bien de ilustración, porque así como argumento no tenía mucho. En el número 1, que valía 50 pesetas, salían algunos dibujantes del cómic político: Carlos Giménez,  El Cubri, Ops (El Roto) pero eso duró poco y los que salían luego reflejaban un mundo de glamour y de abstracción, que también partía: Ceesepe, Ana Juan, Del Barrio, Raúl, LPO.




Un amigo mío su hermano trabajaba en la Concejalía de Juventud (¡!!), que era la que editaba el proyecto, y me consiguió toda la colección a cambio de una caja de pinturas Caran D,ache.

Pronto gastó los lápices. Todavía se sigue arrepintiendo.