viernes, 30 de mayo de 2014

TIRAR LIBROS


Iba a tirar unos cuantos libros, pero desde que mis amigos me dijeron que no me desprendiera de un volumen titulado Tuberculosos célebres he dudado mucho, y al final pocos son los que han ido a la criba. Ha vencido el indulto. Me acuerdo ahora de uno de Gómez Carrillo, escritor galante y aventurero, autor de hits como En plena bohemia o La miseria de Madrid.
Este que digo se titula El Cuarto Libro de las Crónicas (Mundo Latino, 1921) –lo compré muy barato, por un euro o cosa así, y en su primera página encontré una anotación a lápiz.




“Condenado al fuego en sustitución de los combustibles que faltan e indultado en la cocina del piso 4º de la casa número 49  de la calle de Lista el día 23 de noviembre de 1936 durante el asedio a Madrid”.

(¡menos mal que estaba en el barrio de Salamanca!)



Lo que aprovecho es para ordenar, no sé bien con qué criterio. Antes lo hacía por autores -colocándolos por nacionalidades o por épocas-, o sino por géneros (novela negra, guerra civil, lo que sea). Cuando ya eran muchos libros, por comodidad y para que cabieran mejor, los colocaba por editoriales, por colecciones –aunque así parece más una librería que una biblioteca. Ahora prefiero el orden aleatorio –compro un montón en Remar y los pongo tal cual, ellos se entienden, conjuntan colores y referencias, contrastan: al ensayo riguroso sigue la novela de aventuras... Tan es así que me jode separarlos cuando meses o años después tengo que ordenar.

 
 
 
 

FUEGO





miércoles, 28 de mayo de 2014

DOS CONCIERTOS DE ANTONIO VEGA



Antes que desaparezca de las carteleras, comentar las numerosas reminiscencias que en mí ha despertado el documental de Antonio Vega: no sólo por la reaparición espectral de Will Moore, no sólo por ver a la ex de AVE paseando por la ría de Gernika, lejos de la depravación madrileña. Salían también imágenes de conciertos que presencié en su momento, pero casi había olvidado por completo.

Como el de la Plaza Mayor (1993) que abre la película –“¡Cuánta gente!”, saluda Antonio, “os voy a mandar a todos una foto” (en realidad nos quedamos sólo dos o tres canciones, AVE en solitario era bastante rollo)-. Y sobre todo el de 1991 en el Planetario.  El film da a entender que fue su primera actuación tras finiquitar Nacha y así lo recuerdo ahora, como improvisando con sus músicos como en un ensayo, aún de día, durante unos SanIsidros con poquísimos espectadores, pues el cambio de década había supuesto un impasse para los grupos de los ochenta y la peña estaba más por la ruta del bakalao. Al día siguiente de Antonio tocó no me acuerdo muy bien si Loquillo o Gabinete para un Planetario con las gradas de piedra medio vacías…
 
Pero de lo que más me he acordado ha sido del viaje de Maan en el autobús Bilbao-Madrid hablando con una tía buena, que le contó exultante que “salía con Ñete, el batería de Nacha Pop”. Y a un desencantado Maan, protestando que, efectivamente, “al llegar a Madrid ahí estaba, el chorra de Ñete”.
 

(Meses -¿o fueron años?- pasando por delante de la desaparecida tienda MF de Cuatro Caminos, donde exponían la casette de Buena disposición. Pasando de largo entonces, aunque valiera unas doscientas pelas, pues se trataba de un grupo de pop/pijo, aunque a la vez dudando si pillarla, fascinado por la portada -el edificio Capitol de la plaza Callao-, muy cool y a la vez vagamente cotidiana, fachada un tanto marciana por delante de la cual pasaba en el autobús, atravesando una Gran Vía que era como un decorado de teatro, para ir a una academia que bla bla bla, fascinado como siempre que el arte se inspira en lo habitual y cercano).
 

domingo, 18 de mayo de 2014

ANTONIO VEGA (Y COMPAÑIA)

 

Vista –para sentencia- la película/documental sobre Antonio Vega no sé entiende qué es lo que tanto ha desagradado a la familia del músico (cuya leyenda alcanzó su apogeo coincidiendo con el de su adicción, convertido en monótono cantautor, lejos del dinamismo de sus años mozos con Nacha Pop), no tanto su relación con el mundo de las drogas sino su conocimiento de sujetos verdaderamente siniestros, a los que se daba por desaparecidos, que regresan treinta años después como fantasmas, tal es el caso de los hermanos Alonso Colmenares: Will More (el vampírico protagonista del film Arrebato) y su hermana melliza Carmen, musa de la movida madrileña, dos tíos batallas, de esos que en la barra empiezan por contarte su película para acabar mandándote a tomar por culo, cabreados en realidad consigo mismos.                                
Will More entonces


Will More en la actualidad

Antonio Vega aparece como una especie de místico -¿por qué habrá tantos yonkis místicos?- fascinado con la música de los planetas. Buena película, jugoso documental, recomendable “sólo para personas con criterio”. 

 

 
 

viernes, 16 de mayo de 2014

BURNING LAS VISTILLAS




No pude ir, no pude subir, “por razones personales”, pero me gustó saber que estaban ahí, tan cerca, casi a la vista, y a la vez tan lejos. Da igual, les he visto muchas veces, muchos años, las últimas en su natal Elipa y días después, finales de un septiembre lluvioso y metalúrgico, en San Miguel de Basauri –en este barrio había vivido mi padre de niño… todo se enlaza, viajes y canciones-, me basta con saber que siguen ahí, ardiendo, en algún punto de la noche, de Aramaiona a Santiago de la Rivera. Ayer, bajo la luna llena, asomado a la ventana, aguzaba el oído pero las notas se las llevaba el viento de las Vistillas. Burning, mayo, San Isidro (SIL) todo muy cerca y cada vez un poco más lejos.



lunes, 12 de mayo de 2014

CRITICA DE CINE



Aprendiz de gigoló- Comedia sin pies ni cabeza que extrañamente funciona, tal vez por la rareza de su ambientación –los guettos judíos de Nueva York- y un Woody Allen de comparsa (pero en vena) cuya ausencia haría desbaratar todo el castillo de naipes.


 
Carmina y amén- A pesar de tantas críticas positivas (¿!) todo lo que tenía la primera Carmina de no buscado, de original y fresco, lo tiene esta segunda de tópica y previsible, con su estructura televisiva de comedia de situación (esos malotes que van a echar a unos okupas parecen sacados de cualquier serie de Antena 3). Soez, ordinaria y a ratos ternurista, la última escena, con Carmina y el negrito inmigrante recorriendo las viejas calles sevillanas, parece extrapolada de Paco Martínez Soria.
 
Snowpierce. Los supervivientes a una glaciación que ha afectado a toda la tierra viven en un tren que da sin parar la vuelta al mundo. Los del furgón de cola, armados, van atravesando todo el tren para derrocar a los maquinistas. El que salga a la calle, se congelará. A pesar de la abundancia de travellings (es que no había otra si se quería rodar el avance de vagón a vagón), este intenso peliculón futurista hará las delicias de chicos y grandes.
 

 

jueves, 1 de mayo de 2014

LOBOS



Leídas varias noticias sobre los lobos en los periódicos me choca el tratamiento contrario que se da a estos cánidos. En Carranza –al oeste de Bilbao- varias batidas para acabar con el lobo que desuella las ovejas y las yeguas. Salen en “El Correo” los cazadores triunfales y sanguinarios, junto a las lobescas víctimas.
 

ovejas muertas


intentando ponerle una varita
 
En la Comunidad de Madrid, los ganaderos “se resignan” a cobrar las indemnizaciones (y esto de las indemnizaciones sería otro tema, si es mucho, si es poco, si hay fraude, etc, etc) por oveja muerta, a fin de que se proteja la manada de lobos que, procedente de Segovia, recala en el valle de Lozoya (también flipa bastante que los lobos tengan que venir siempre de otro lado, si es en Madrid de Segovia vía Somosierra, si es en Bizkaia de la cordillera cantábrica…). En Madrid los ecologistas dicen con gesto beatífico que los lobos están en óptimas condiciones, y continuamente observados, las 24 horas del día. Les han debido poner un chip o algo, o cámaras de vídeo en las madrigueras. Por la fascinación que produce el salvaje (¿) lobo, deplorar tanto las batidas de Carranza como esta especie de gran hermano lobero.




las loberas de Orduña