sábado, 25 de marzo de 2017

MANILVA

 

Muchos años después he llegado a las termas –después de que tú y yo recorriéramos agotados esos montes esquineros, y nos perdiéramos hacia el norte al entrar en los nudos de carretera, dejando atrás el manantial. El camino es ahora más prosaico, viniendo de la costa, huyendo de las urbanizaciones guiris, atravesando los polígonos industriales saldremos a caminos de barro y eucaliptus, vadearemos los arroyos, los montes verdiales. No hay señales, pero el agua que tú me dijiste sigue fluyendo. Es una mañana, sábado y lluvia. En la vaguada una caseta blanca con tejado blanco a cuatro aguas.




La entrada a oscuras, por un arco pequeño de piedra, antes de sumergirse en el agua de azufre mirar en lo alto la bóveda de piedra milenaria que construyeron los romanos. La poza subterránea llega de galerías que se pierden en la oscuridad. Nos desnudamos con frío bajo la lluvia pero al salir del agua templada nos mojamos sin importarnos con el agua más fría que viene del cielo y corre sobre los cuerpos tonificados por el azufre.

 

 
He buceado bajo la piedra reviviendo aquella mañana lejana que tú estarías bajo el agua. Siglos y milenios de agua, antes de la construcción de la bóveda, piedra sobre piedra. Manilva… (Un chaval que baja del pueblo a bañarse todos los días nos cuenta que no pertenece a Manilva sino a Casares, pero para mí siempre Manilva –sin atender a localismos que afloran cuando uno viaja, todos defienden la tierra que les parió, sin pensar que somos todos tierra, y agua que fluye.)
 


 


viernes, 24 de marzo de 2017

HISTORIA DE LAS GRECAS

 

 
Las Grecas, Tina y Carmela, Carmela y Tina, Las Grecas, voces de infancia.
He ido pillando los cuatro vinilos de Las Grecas (los tenía en casette: desaparecieron), con paciencia y algo de pasta, tampoco mucha. Los dos primeros, Gipsy Rock y Mucho más, son los que desarrollan el gipsy rock: un muro de sonido a base de rock progresivo, guitarras distorsionadas, baterías, y flauta (José Carlos Molina, antes de los Ñu). Hay efectos sonoros –ecos en las voces y unos coros que quizá no casan mucho, como suele pasar con el gipsy rock, que por un lado va el gipsy y por otra va el rock. Pero ahí están ellas, angelicales y desgarradas. Los dos últimos –Tercer álbum y Casta viva- tienen unos arreglos más convencionales, y por ahí vino quizá el final artístico del dúo, aparte “problemas personales”.


Las Grecas tocan muchos palos por flamenco o por rock. Remotos aires árabes, tanguillos, soleá, pero también versiones de Roberto Carlos y The turtles y Los Brincos, y una Zarzamora que quita el hipo. En Tercer álbum un country blues que es de lo mejor suyo: No sé qué hacer.



Esa la historia musical de Las Grecas, muy resumida. La desarrolla exhaustivamente Roberto Macho en La Fonoteca (la enlazo porque vale la pena leerle). La historia humana es una prolongación del drama de su música, con Tina, la hermana pequeña, diagnosticada de esquizofrenia.
 



Carmela siguió con el grupo junto a otra falsa greca, espúrea y traidora. Esta y otra choni se hicieron con el nombre de Las Grecas –que por lo visto no estaba ni registrado, y aquí el que no corre vuela -y ahora van por ahí de Grecas, haciéndose pasar por Las Grecas, pero Grecas sólo hay unas, que son dos, Tina y Carmela.


Carmela se fue a San Blas, me cuentan amigos del barrio. Y Tina andaba muy malamente, entrando y saliendo del Alonso Vega (hoy Rafael Lafora), carretera Colmenar. Otro conocido de SB, que también fue inquilino del psiquiátrico, contaba cómo él y la Greca loca escaparon del loquero y se pusieron a hacer autostop para Madrid. Al colega le cogieron pero a la greca, cómo estaría la muchacha, la dejaron en la cuneta. Muñeca…

Un verano de hace mucho, un verano de noches Vacías, la Tina se pegaba como una falena en el cristal iluminado del Seven Ileven de la calle Toledo –haciendo percusión con la caja de cerillas de cocina, frotando las cerillas en una bulería enloquecida de alucinación y fósforo.

Hay fotos en internet documentando su debacle, pero no las voy a poner. Pa qué. Las Grecas, queridos niños, fueron unas Azucar Moreno con menos cabeza pero más feeling: nostálgicas, sensibles, siempre eléctricas.
 

 

LaFonoteca, Disco: Gipsy Rock

lafonoteca.net/disco/gipsy-rock/
lafonoteca.net/grupos/las-grecas/
lafonoteca.net/disco/tercer-album/
lafonoteca.net/disco/casta-viva/
 









domingo, 19 de marzo de 2017

EL TREN CHU CHU



Parecía que ya no se iba a morir nunca pero al final sí. 90 años de rock,  el verdadero rock de la cárcel, siempre sin desmelenarse mucho, interpretando tranquilo, recitando como quien no quiere la cosa, estirando las escalas a ritmo de blues. Más gallo que  pato a pesar del duck walk. Luego Rolling y Beatles, Elvis y Dylan, le darían más caña al material, pero ahí estaba todo…




Fuimos a Estepona donde tocaba con John Mayall de telonero. Mayall con su pianito como un guiri jubilado de la Costa del Sol. Rumores recorrían la  plaza de toros. Que Chuck Berry, el viejo amante de la velocidad, había querido salir a devorar la autopista, pero su hija –que tocaba en el grupo- se había apoderado de las llaves y no se las daba… Movidas familiares, culebrones o excusas, pero finalmente el tren chu chu no se materializó.


 

Menos mal que le habíamos visto en Madrid unos meses antes. Chuck Berry en La Riviera, 80 años, una hora justa pero no escasa para sentar las bases del rock. Al final subieron unas niñatas al escenario, a bailar con el abuelito, como si fuera un Springsteen cualquiera, y el viejo les dio la espalda y seguía tocando al fondo del escenario, fiel a su Maybellene. Reservón, arisco, grandioso.

domingo, 12 de marzo de 2017

YO SOY EL BAMBINO

 




Oyendo en la noche a Bambino. Artista de artistas. Ritmo y compás. Y sentimiento. Cantante urbano –al oírle pienso en callejones, garitos, luces rojas de clubs, Las Cortes bajo la lluvia-, cantante pueblerino: un paisaje sevillano y amarillo. Y en La Mancha, kilómetros más arriba, saliendo de un bar abierto por la noche -malas caras: entrar beber y salir-, sonando agudas las rumbas en la brisa oscura de verano. Música de carretera. Y la oportunidad perdida de haberle visto en directo. Yo iba con unos gitanitos, una madrugada de Gran Vía -¿vamos a ver a Bambino?, toca aquí en J&J-, los bajos de un edificio neoyorkino por Callao, finalmente pasamos de largo y tiramos para Pez y El palentino (cosas que cuenta mi menda en Las calles del aire).






Tenía un amigo que conoció a Bambi, socios ambos de una especie de club suburbano por San Fermín, donde recalaba el monstruo. No me jodas que te gusta Bambino… estaba ahí en el bar con unas tías..., todo ciego. La voz angelical ya cazallera. Soy el Bambino.  


Llegúe a hablar con un periodista que le había entrevistado en Utrera (El país, edición Andalucía) ya de vuelta de todo, muy castigado. Demasiado tarde cuando pasé por el pueblo. Entonces la Peña Bambino, una bodeguita de madera y moscas. Ahora se ha hecho justicia y le han puesto una estatua a la entrada del pueblo.

 

Ay, Bambino, piccolino...
Tienes el color cetrino de la gente canastera
Y en tus ojos yo adivino
Que has nacido en el camino que va de Sevilla a Utrera.




Y aquella otra entrevista que le hizo Juan Pablo Silvestre:
-¿Qué prefiere usted, hombres o mujeres?
-Bueno. No me gusta discriminar a nadie.




Dicen que Raphael aprendió mucho de Bambino, entonación y puesta en escena: ese revolear de la chaqueta… Pero ese fondo inimitable de guitarras, palmas y bongos… A veces el pianito canalla. Coristas que jalean trip trip trip. Jaleo y zambra: más cerca de los zíngaros que salen en Los hermanos Karamazov que del gipsy rock… Rumbas, rancheras y tangos, todo machacado en el mortero de la bulería.


Un monstruo y un precursor. ¿Bambino? Uff..., un artista de artistas, dijo Camarón de la Isla.



 


 



www.chueca.com/articulo/bambino

Bambino Reirse & Compasion - YouTube

https://www.youtube.com/watch?v=JEPqJ7AMyhE


 

jueves, 9 de marzo de 2017

ROCK OF GIBRALTAR

 

West of the Jordan, west of the Rock of Gibraltar,
I see the burning of the stage,
Curtain risin' on a new age,
See the groom still waitin' at the altar. (Bob Dylan)

 

Callejones de Londres catapultados por la roca, una cabina roja para que llame por teléfono GR GR, corralas dickensianas con juguetes y basura…



Nunca había pensado en Gibraltar –black hole in my mind- pero en la tarde del Estrecho es como un sueño del opio que trajeran de la China, que trajeran de la India. Hay un paki con acento gaditano que vende tabaco y chocolatinas. Hay un lord que se esfuma en la neblina. Sentado en las escaleras que suben hacia la luz veo subir dos golfillos. ¿Queda mucho pa,l castillo, pisha?. (Pero lo que preguntan: Excuse me, have you been up?)



-esto s nuestro por toa la cara

miércoles, 8 de marzo de 2017

CHIRIGOTERA

 
Abriendo mucho los ojos, y moviendo las manos, cabeceando en todas las direcciones… Lo de los carnavales me parecía una cosa como muy gestual y sobreactuada. Pero hay que verlo en directo para entenderlo mejor, pisha.
 

Abriéndote paso en ese laberinto de callejones, tacita de plata, y los gaditanos más serios que nunca, solemnes incluso a pesar de las pelucas y coloretes, acabas cantando los estribillos (no los voy a reproducir porque hay que vivirlo en diresto, quillo).


 
La política y la cosa zezual (sexual), el shosho principalmente, expuesto a las crudas o en metáforas que reflejan todo el espectro de moluscos bivalvos de la bahía. Por lo que parece que en la vieja ciudad liberal y antiquísima se folla, más bien, poco. Pero tienen coña -nunca mejor dicho- los cantares populares describiendo frustraciones y deseos reprimidos…

 
 
Las chirigotas tienen su parte de cashondeíto y de malahe, pero en las últimas estrofas los gaditanos parece que se quitan el antifaz y expresan sus mejores deseos (no perder la sonrisa, que no haya hambre en el mundo, que se acaben las guerras, etc).
 



–por aquellos callejones andaba el Kichi tratando de escapar de chirigota a chirigota, expuesto a coplillas mil –cómo te pueden votar, si es que no haces na, quillo.

 




 
www.pikaramagazine.com/2017/02/al-carnaval-de-cadiz-con-toitos-mis-respetos