Veinte
años del 9 noviembre 1992, esa fecha –fatídica o esperanzada, según se mire- en
que, coincidiendo con la festividad de la Almudena, en un Madrid vacío, negro y
lluvioso, como el de hoy mismo, mi colega ADF y yo decidimos juramentarnos para
triunfar –ja ja que risa- en esto del periodismo y la literatura. Dominar
balzacianamente la ciudad, que se ve desde las alturas de esa plaza, trasera a
San Francisco el Grande, donde se tomó tan radical decisión. Como Rastignac con
Paris desde el Sacre Coeur. Lo que pasa que esto no es París y no da para más.
Veinte
años después, qué queda –me pregunto- de aquel romántico proyecto… ¿Se ha conseguido algo por el camino?
Recorrerlo, que ya es mucho. Exiliado ADF en Málaga –y rebautizado como
Andelfe- traigo hoy aquí este recuerdo/homenaje. De momento, uno mismo, fuera
de las cabeceras de los empresaurios,
sigue desmigando estas hilachas del blog, a veces con sensación de fracaso,
otras tantas con alivio.
Esta
mañana me acerco a la Plaza del 9 de Noviembre –así rebautizada- en la cual el
obispado quería hacer su ciudad del vaticano o no sé qué hostias. (Popularmente se le llama el parque de la Cornisa y fue cedido por el consistorio al "avispado" como trueque por otros terrenos) Pero la
judicatura echó para atrás el proyecto, buscando proteger el entorno… Las
vistas siguen siendo privilegiadas, incluso en estos años se construyó un
mirador del que veo que han arrancado las barandillas, para chatarra, imagino.
Veinte años no es nada, y febril la mirada.
tiendas de campaña en la plaza del 9 de noviembre
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