martes, 11 de junio de 2019

HORAS DE LUZ




Me he tirado un tiempito sin escribir, no por nada, sino por trabajos, viajes, exámenes, cursillos, papeles, arreglos (lo que es el argumento de la vida) y el arranque del curro –una vez más en Hoyo, aunque esta vez con casa en el pueblo, pero eso ya lo contaré, imagino. Allí, en la torre, lecturas escogidas, el arradio, El Tiempo y sus espejismos, las oportunidades perdidas y todo eso. No hay que esforzarse en pensar, sino que la propia soledad piensa por ti -la soledad de la Solana. Y junto al tiempo  el espacio, luz, mucha luz, tanto que cuando bajo a los madriles me encierro con las persianas bajadas, revisando los clásicos en blanco y negro (ayer Qué verde era mi valle). No sé qué me ha quemado los ojos, si leer todo el rato o la claridad despiadada...

Sierra Hoyo, desde Casa Campo.
Hoy he cogido la bici y me he metido suave por la Casa de Campo, pero me he tirado al final dos horas. El día ventoso y suave, sin verano. La torre que sale no es la mía (que es más chaparra) sino la del cerro Garabitas, de donde los nacionales bombardeaban la Telefónica. Y de allí cuesta abajo a la Casa deVacas, esa fuente que llamábamos “la poza” -porque antes tenía un surtidor grande en el que nos metíamos algunas noches de junio, y donde dejábamos enfriar las cervezas. Entonces la cuidaban unos viejos, que habían pintado en el ladrillo el escudo del Atlético de Madrid, a lo mejor se han muerto porque he visto la chopera como más abandonada.





Es once de junio -día que asocio a buenos rollos, a efemérides luminosas-, mañana empieza la fiesta de San Antonio de la Florida, siendo estudiante (esto queda muy barojiano) era para mí el verdadero comienzo del verano. Acabados los exámenes, celebrando el fin del curso en conciertos y borracheras, volvíamos al norte… Ahora rige para mí otro calendario interior, aunque montado inconscientemente sobre los mismos ciclos.
He visto estos días sin publicar aquí nada, que había gente que seguía trasteando, con visitas a las entradas más insospechadas, y me he animado a meter un poco baza, por si se me ocurría algo. Cuando se me quite el cansancio éste, seguiremos informando.


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