(Crónica
personal) Fue hace diez años, habíamos ido la tarde y noche anterior a
presentar El norte en la Casa del libro y al día siguiente de vuelta en la
sierra subiendo aquel pinar maravilloso –el pinar zen- que había camino a la
torre de la Maleza alguien me llamó que se había muerto Michael Jackson. Ya arriba
puse la radio y aunque en todas las emisoras sonaban sus canciones me parecía
como una trola, como un bulo. Luego Pablo me llamó y me contó que volviendo por
la noche a casa, tras la presentación, dos chavales, una pareja que había
sentados en un banco de Vallecas, le dijeron: Eh, tío, ¿sabes que se ha muerto
Michael Jackson?
Michael
Jackson había sido la pachanga en la línea de Village People, Earth wind and
fire y toda la tralla discotequera que veíamos en el programa Aplauso. Con los
vídeos famosos de zombies que comentaba en el colegio toda la peña, ya que
entonces no había otra cosa que ver. Pero…
Aquello
era el disco Thriller que sonaba un poco meloso, como una música de fondo
agradable, pasaron cinco años larguísimos oyendo aquel disco, porque en
aquellos años algunos discos (los de Supertramp, los de Dire Straits y otros)
duraban cinco años. Hasta que se anunció un nuevo disco, el Bad, muy esperado y
tal. No me olvido de la primera vez que lo escuché (septiembre del 86), porque
estaba en París donde había ido con Juan Apodaca con muy poco dinero, por la
face en el tren de Hendaya, y estábamos en una especie de hamburguesería de la
rue de Lapp, discutiendo con unos argelinos que atendían porque nos habían
puesto muy pocas patatas fritas, y sonó aquel disco en la radio y nos fuimos
antes que nos hostiaran, nos fuimos con la música a otra parte.
Todavía
Michael Jackson no había sido valorado al nivel de los Beatles y de su suegro
Elvis Presley (yo creo que se han pasado), pero ya empez<aba con su época black and white, inyectándose leche en la cara, con su rollo gracioso pero
culpable de negro blanco, de payo/payo. Era la banda sonora que pinchábamos en
el Rastro y en el metro cuando vendíamos las cintas piratas… tenía tirón pero
nada más. La valoración de MJ empezó para mí una tarde que estábamos en una
bodega de por la calle Almansa que ponían calimocho con vino de cebreros,
estaba yo con Leonardo y había unos melenudos un poco mayores que nos miraban y
al ver que eramos del rollo se pusieron a hablar con nosotros (tenían 26 años,
nosotros 21, pero entonces me parecieron oráculos) que además de Jimi Hendrix,
de Led Zepelin y todo esto Michael Jacson era la hostia, iban a ir a verle en
directo con la guitarra de Eddie Van Halen… A los pocos días vi a uno de los
heavies en Bravo Murillo y apenas respondió a mi saludo
Su mejor disco para mí es el Bad, el otro me suena muy blanco, muy blando, aquí
endurece su sonido, tiene mucho ritmo -¡Ah!, ¡ah! (emite su grito desde la
garganta), lo pincho por las mañanas, cuando no puedo
levantarme, que no soy persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario