Ya con
ganas de salir al campo. Aquí en la ciudad sólo hay ruido, calor, y un hervor
de peces muertos que salen a la superficie. Estoy esperando que venga un
técnico para arreglar la tele, y luego ya si eso… Ya he hecho la rueda de las
visitas y de los hospitales, por dolencias propias o ajenas. Ya he hecho una
compra –por cierto me han hecho una tangana que es muy típica del comercio
madrileño, la tangana de los cinco euros (y no me he dado cuenta por el
embotamiento, calor, falta de reflejos, paquetes en las manos, otras compras
pendientes, pero luego atando cabos…) el negro rastafari ha agitado un momento
significativamente el billete de cinco euros mientras con la otra mano buscaba
el cambio/chatarra que era el resto del cambio, vamos todo el cambio ha sido
más un montón de papeletas con ofertas del supermercado que me ha puesto en la
mano y en las que para mayor recochineo puede leerse AHORRAR ES MAS FACIL QUE
NUNCA
(PS: acaba de aparecer (por sorpresa) el billete de 5 euros, pero creo que la entrada ha quedado bonita, así que la dejo, como paranoia o como involuntaria ficción)
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