jueves, 4 de julio de 2019

ALCOHOLEMIA


Tampoco he contado que de aquí a gredos estaba todo lleno de controles de la benemérita, con metralletas y todo  (¿por si a alguien se le ocurría atentar contra rod stewart?), controles de alcoholemia –a punto estuve de decirles a los agentes que no bebo hace siglos, pero para qué ponerles en la tesitura de la presunta inocencia… La primera vez me llevé el pitorrito de soplar en el coche y a la segunda que me pararon, nada más soplar, con plena seguridad de que estoy limpio, se lo entrego al picolo: esto es de usted, y el otro: no no yo no voy a coger eso que ha echado usted la saliva, lléveselo en el coche y yo: yo no me lo tengo por qué llevar, ¿qué hacemos? ¿lo tiramos? –y lo saco por la ventanilla como que  lo voy a tirar al suelo, y al final el sufrido funcionario se hace cargo del objeto, pero para contraatacar al momento como el que tiene la sartén por el mango: a ver, permiso de circulación y la itv… -y lo busco acojonado, sin rechistar puesto que no está el coche a mi nombre y a ver si a ver qué pasa

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