jueves, 4 de julio de 2019

DIRTY RIVER

Bajamos a la presa del Grajal, a un lado de esa carreterita estrecha y preciosa entre Hoyo y Colmenar, la presa está en una vaguada por donde pasa el río Manzanares… El río baja verde esmeralda, cruzado por arco iris venenosos, arañado por la sauceda
La primera vez que recorrí este paisaje pelado y desértico el lugar me parecía como de un chiste de Forges. Luego, algunos veranos, cuando apretaba el calor en la urbe, Pablo y yo veníamos a bañarnos un poco más arriba de la presa y del puente medieval, eso hasta un verano que salimos del agua, al ver flotar unos corpúsculos sospechosos y era que aguas arriba recién habían abierto la cárcel de Soto… 

Luego el río, que nace limpio en la Pedriza apenas unos kms arriba, se fue ensuciando progresivamente. Pero el paseo era tranquilo, nunca se veía por allí un alma… Ahora hay mucha peña urbanita, unas chicas como discotequeras, muy maquilladas, una pandilla de chavales que como en una peli del neorrealismo se han traído sillas y se sientan en la orilla, entre las sillas y entre las peñas, con sus bebidas y sus petas… También aquí ha llegado la superpoblación, gente que debe de venir de los barrios construidos en los últimos años en torno a Colmenar Viejo (que había aguantado mucho como pueblo esencialmente ganadero, tan cerca de Madrid)

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