Bilbao nevado, 1956.
"La nostalgia incluso de lo no vivido, de lo que si acaso vivieron nuestros padres... "
(esto lo decía Unamuno, o algo así, en Recuerdos de niñez y mocedad, creo)
martes, 26 de febrero de 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
LA CARTA A FAULKNER
Estimado William Faulkner:
Le escribo interesado en conocer
el acceso preciso al condado de Yoknapathawpha…
El caso es que estuve en Memphis
y vi cosas muy parecidas, pero no era lo mismo, y
los lugareños torcían el gesto y me daban indicaciones vagas, imprecisas,
socarronas…
Ahora que recuerdo creo haberlo
visitado, Yoknapathawpa, o como se diga, en sueños. O no exactamente, fue después de
despertarme de una siesta: un crepúsculo interminable, el calor emanando de la
tierra, al otro lado de la ventana el canto de un pájaro, en
un lugar impreciso, ilocalizable, pero que me iba conduciendo hacia allí.
La plaza de Jefferson, el reloj del
juzgado, la cárcel…
En una oficina dos viejos
inmóviles como estatuas, como muñecos de cera, y sin embargo el
aroma de un cigarro puro, el cigarro consumiéndose aún cuando yo entro. Y
salgo, y tengo la impresión de que tras mi marcha se pondrán de nuevo los dos
viejos en movimiento como si les hubieran dado cuerda…
Las calles laterales están
vacías, música de pianos… atrás dejo el pueblo, cabañas de negros, un grupo de
ellos atizándole al whisky bajo una higuera…
Creo haber visto una figura solitaria a caballo pero que se desdibuja y se pierde en el horizonte
Está anocheciendo, las nubes
sangrientas...
Ahora vuelve a
cantar el pájaro, como afónico, como a pitidos, conduciéndome –los árboles
recortados contra el crepúsculo, un olor a limo, la tierra más fría- hacia los
pantanos y hacia las ciénagas…
Entonces me acojono y desando el camino, a ver si va a ser un viaje astral y yo también me quedo en Yoknapathawpa para siempre.
Entonces me acojono y desando el camino, a ver si va a ser un viaje astral y yo también me quedo en Yoknapathawpa para siempre.
Por cierto, aquí en España
tenemos un escritor que dice que le mandó una carta y un libro pero que usted
no le contestó nunca. Hizo bien, porque es un plomo y un petardo. Se llama Juan
Benet, y si le ve usted por el cielo de los escritores, le reconoce seguro. Se
parece mucho a usted en lo físico -el flequillo, las canas, un bigotillo…- pero
en lo de escribir, como un huevo a una castaña. Dele usted una toñeja de mi
parte.
miércoles, 13 de febrero de 2013
AÑO NUEVO CHINO
Lo mismo que hace dos años, cuando
inauguraba el blog con el carnaval de Tetuán, o el año pasado, con el entierro
de la sardina, quería hacer esta vez una entrada guapa del año nuevo chino, el
cual empezaba el domingo y se celebraba en la plaza de España, la cosa prometía
–fotos y filosofía zen- pero no sólo que hiciera el domingo un tiempo de puta
pena (después es como si hubiera llegado la primavera) sino que los propios
chinos suspendieron su fiesta por…la klisis
pero también por la mafia poligonera que blanqueaba el dinero de todas las
tiendas de chinos. Y esta suspensión la identifico con el descrédito y la
degeneración de todo, de todos los ritos, de todos los mitos, incluyendo el
papa que se le inflan los cojones y dice: “Yo paso, yo lo dejo”, y esta
corrupción con la del rey, empresarios, jueces, partidos, policías,
TODOS…incluyendo la dinastía mandalín, pero así y todo, después del domingo
entró la primavera, la “engañosa primavera” que decía Hemingway, ahora que
estoy releyendo “París era una fiesta” –y el concepto vale para París y vale
para Madrid, cuando alargan los días y la luz y la brisa y todo parece posible –febrero-
y todo hacedero la ciudad más humana y como al alcance de la mano hasta que se
ve que no, era sólo una faceta, sólo una dimensión, volverá el caos a la gran
ciudad como volverá la helada a destruir el fruto de la mimosa los cerezos y
los almendros. Es igual, feliz AÑO NUEVO CHINO.
lunes, 4 de febrero de 2013
CASAS DENTRO DE OTRAS CASAS
“Casas
dentro de otras casas, y patios dentro de otros patios”, como dijo Gómez de la
Serna en su viaje alucinante por el Madrid más realista. En el caso de la foto,
el acceso a tan extraño paraje vedado por un portero de los de toda la vida. “¿Pero a dónde van ustedes? Que no se pué
pasar…” Y ahora me acuerdo también de
aquel piso del Alto de Extremadura, situado en la intersección entre las dos
vías más ruidosas de la city, piso que visité por cortesía de una inmobiliaria
y en el cual sus moradores–una familia del Pirineo navarro, portando en las
fotos sepia que adornaban la casa txapelas y cuernos de caza, en imposible
nostalgia hacia su bucólico lugar de origen- habían construido, a fin de
engañar al ruido continuo e invasor de la carretera, habitaciones dentro de las habitaciones, un
pasillo que giraba sobre sí mismo, al estilo del caracol que se repliega en su
concha, hacia fondos cada vez más sombríos y fantasmales pero también
silenciosos y pacíficos.
viernes, 1 de febrero de 2013
PICACHU LIBRE, PICACHU PRISIONERO
¿QUÉ ES EL ARTE? SI LO SUPIERA, CREO QUE NO LO DIRÍA...
YO NO BUSCO: ENCUENTRO (y a los demás, que os den por el ojete)
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