Las
Grecas, Tina y Carmela, Carmela y Tina, Las Grecas, voces de infancia.
He
ido pillando los cuatro vinilos de Las Grecas (los tenía en casette: desaparecieron), con paciencia y algo de pasta, tampoco
mucha. Los dos primeros, Gipsy Rock y Mucho más, son los que desarrollan el
gipsy rock: un muro de sonido a base de rock progresivo, guitarras distorsionadas,
baterías, y flauta (José Carlos Molina, antes de los Ñu). Hay efectos sonoros
–ecos en las voces y unos coros que quizá no casan mucho, como suele pasar con
el gipsy rock, que por un lado va el gipsy y por otra va el rock. Pero ahí están ellas, angelicales y desgarradas. Los dos
últimos –Tercer álbum y Casta viva- tienen unos arreglos más convencionales, y
por ahí vino quizá el final artístico del dúo, aparte “problemas personales”.
Las
Grecas tocan muchos palos por flamenco o por rock. Remotos aires árabes,
tanguillos, soleá, pero también versiones de Roberto Carlos y The turtles y
Los Brincos, y una Zarzamora que quita el hipo. En Tercer álbum un country
blues que es de lo mejor suyo: No sé qué hacer.
Esa
la historia musical de Las Grecas, muy resumida. La desarrolla exhaustivamente
Roberto Macho en La Fonoteca (la enlazo porque vale la pena leerle). La historia
humana es una prolongación del drama de su música, con Tina, la hermana
pequeña, diagnosticada de esquizofrenia.
Carmela
siguió con el grupo junto a otra falsa greca, espúrea y traidora. Esta y otra
choni se hicieron con el nombre de Las Grecas –que por lo visto no estaba ni
registrado, y aquí el que no corre vuela -y ahora van por ahí de Grecas, haciéndose
pasar por Las Grecas, pero Grecas sólo hay unas, que son dos, Tina y Carmela.
Carmela
se fue a San Blas, me cuentan amigos del barrio. Y Tina andaba muy malamente, entrando
y saliendo del Alonso Vega (hoy Rafael Lafora), carretera Colmenar. Otro conocido
de SB, que también fue inquilino del psiquiátrico, contaba cómo él y la Greca
loca escaparon del loquero y se pusieron a hacer autostop para Madrid. Al
colega le cogieron pero a la greca, cómo estaría la muchacha, la dejaron en la
cuneta. Muñeca…
Un
verano de hace mucho, un verano de noches Vacías, la Tina se pegaba como
una falena en el cristal iluminado del Seven Ileven de la calle Toledo
–haciendo percusión con la caja de cerillas de cocina, frotando las
cerillas en una bulería enloquecida de alucinación y fósforo.
Hay
fotos en internet documentando su debacle, pero no las voy a poner. Pa qué. Las
Grecas, queridos niños, fueron unas Azucar Moreno con menos cabeza pero más
feeling: nostálgicas, sensibles, siempre eléctricas.
LaFonoteca, Disco: Gipsy Rock
lafonoteca.net/disco/gipsy-rock/
lafonoteca.net/grupos/las-grecas/
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