miércoles, 9 de febrero de 2011

DEJAR DINERO


El viernes empecé en M***, empresa de jardinería con condiciones de esclavitud: si llueve no se trabaja, y no te pagan; si vas al médico no te pagan el día; si dejas el trabajo les pagas tú el importe de la ropa.
La cuadrilla, dirigida por un capataz que no trabaja- Ton, un gallego, un chaval majo—la formamos, un camerunés, un pakistaní, y David, fotógrafo reciclado en jardinero.
Vamos a Sanchinarro y desbrozamos en la mañana del viernes una mediana, un alcorque corrido, de medio kilómetro. Todavía hoy domingo tengo agujetas y dolor de espalda. Para el lunes hemos pensado en ir más despacio, pues si no vamos a aguantar tres días en la empresa.
Lunes lluvioso en Sanchinarro. Uno de los preceptos de la empresa es que si llueve, no se trabaja... y no se cobra. Uno está tentado de abandonar este trabajo nada más haberlo empezado, pero le disuade el que tendrá que pagar  48 euros de la ropa de trabajo si lo deja antes de un mes.

-Claro- dice comprensivo una especie de capataz- Si no con toda la gente que pasa se arruinarían. Pasamos la mañana en unos barracones, parece que a pesar de todo –a última hora trabajamos algo bajo la lluvia- lo vamos a cobrar. A primera hora no ha venido el pakistaní y DS y yo decimos:
-Ha acabado hasta los cojones. Me vuelvo a mi país. Para hacer esto lo hago allí. -Ahora estará ahí sentado con las vacas. Llega sin embargo al cabo de un rato, pero recluido en las casetas, mira las paredes y los techos con una especie de mudo asombro.
Yo le digo a DS delante del pakistán, que no entiende español, inglés ni nada (está como incomunicado): -Parece que piensa: Pero qué coño hago yo aquí. Esto no es lo que me habían dicho... Nos reimos mucho. -Claro –añado-. En su país tenía un libro que ponía “España”, pero lo que salía era la Alhambra y esas cosas y luego mira lo que se encuentra.
El pobre pakistaní se arrima a una estufa que hay en la pared, con las patas abiertas, como un grillo a punto de achicharrarse.  -Pues sí, debe de hacer calor en su país.
Nos quedamos sin tabaco y acabo compartiendo los Ducados con el de Pakistán. Las casetas están llenas de mugre, de ropa sucia tirada por los suelos... pero como ya se la han cobrado no les importa.
Yo me he olvidado la comida pero un chaval argelino me invita a café y a esos panes que hacen los moros que se enrollan como pergaminos.
También hay dos negritos de Ghana, siempre riéndose, y otro de Camerún, este más serio y reflexivo, un poco intelectual.
Ahora esta contrata nuestra trabaja de subcontrata para otra contrata. “Yo ya no sé ni para quién trabajo”, dice un viejo andaluz que se toma un cocido. Tenemos que dejar guapo Sanchinarro para que lo vea Gallardón.


1 comentario:

  1. Gutten Tag!
    Je suis Ernesto Herminguay, journalist et ecriter français, de Paris (Arrondisement du Markina).
    En hour bonne par su ouvre, c'est très grande!!!

    Si vous plait, Je suis interess a comprer sus livres. Merci.
    Specialment, "Le Gnord (el Ñorte)".

    Deus preserve a Vous très annes!

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