Cuando llegaron a Bilbao, haciendo autostop, Fanny e Iván se separaron. Acordaron verse a una hora por la zona del Arenal y del Campo Volantín. Iván se dirigió al bar, pero lo encontró cerrado. No había pensado en que era domingo y que los domingos su padre echaba el cierre y solía subir al monte. El cierre, los domingos, se extendía a la mayoría de los bares de la calle, que así quedaba medio desierta, sin apenas tránsito. Así y todo se asomó a la cristalera oscura y echó un vistazo al interior. Reconoció aquel ámbito tan familiar pero como algo muy lejano, como si no lo hubiera visto durante años, como algo ajeno a él. Las fuentes de cerveza, la máquina del café, absurdos cuadritos representando paisajes con molinos, los ventiladores en el techo encima de las mesitas con las sillas montadas en las que por las mañanas se sentaban cuadrillas de obreros, a media tarde grupos de jubilados que jugaban al mus… Una clientela siempre exigente, la de aquellos viejos carcamales y a los que había que ir a servir a las mesas y tratar prácticamente de usía. Le dio mala espina el bar cerrado, un pequeño universo del que pensaba que había salido definitivamente, no sabía rumbo a dónde, del cual se había acordado a menudo en el reformatorio, pero del que ahora comprendía que estaba excluido.
El Norte. Ediciones Destino
El Norte. Ediciones Destino
Vaya morro!!!!
ResponderEliminarhola!
ResponderEliminares-timados amig@s:
he oído hablar de un libro llamado "el Ñorte"... les escribo porque no sé si es el mismo autor o no. me han dicho que es bastante malo y quería saber si es de un escribidor llamado Hatsis Llatzkaño Nevreda.
gracias
y suerte
Sí. Es el mismo autor...
ResponderEliminarSobre si es bueno o malo, hay para todos los gustos...
En cualquier caso, le recomiendo también que lea otros libros de este autor bilbo-madridarra, como son: "La sombra del autista" y "Los cangues del aire".
Espero que le gusten y no le asusten.
Çiao!!!
Fdo.: Lleón Tostón y Estendall