Hacía mucho frío y un viento de fliparla, pero valía la pena subir al cerrillo, desde el cual se ven las últimas luces, un sitio muy machadiano, también esotérico y la hostia- el mejor sitio para aguardar el fin del mundo, para salvarse incluso, por estos andurriales, ya que el pirenaico Bugarach queda muy lejos, y con toda esta movida lo van a cerrar al tráfico…
Desde
el cerro desciende una pista asfaltada que construyeron los nacionales en la
guerra para llegar hasta la línea del frente: el río. Y hay también lo que yo
pensaba ingenuamente era una piscina, más bien un depósito de aguas (por si
acaso el cartel: Prohibido bañarse) y un mojón raro que dice Reinando Alfonso
XII.
No sé si aterrizarán los ovnis,
lo mismo sí. Una mañana de invierno –no hacía tanto frío, hasta pegaba el sol-
había un viejo naturista en pelotas en un banco, la gente pasaba a su lado
(poca gente pues este cerro no lo conoce (casi) nadie) y el naturista
naturalísimo seguía en su banco como si tal cosa…
¿Otra vez el fauno de "la finca de papá"?
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