martes, 15 de septiembre de 2015

LETXE

 




Estoy, en una noche de fin de verano repleta de hipsters, estoy esperando en la cola de la filmoteca cuando una figura de negro se despega de la muchedumbre y se acerca, viene muy directa desde el frente, pero no sé si hacia mí o hacia la cola del cine. Pero, cuando ya pienso que va a llegar a mi lado, si lo que quiere es saludarme, o a instalarse si no en la cola, se detiene a unos metros de distancia, se queda plantada en un terreno neutral,  me mira cejijunta desde muy lejos y desde al lado mismo, a la entrada del callejón. Hacía muchos años que no la veía  y sí que la he notado como más hecha, más currada,  (algo he seguido su evolución por los medios: una víctima del sistema literario, pero tal vez sobre todo de sí misma -más o menos como todos, aunque cada cual a su escala). Unos segundos de incertidumbre en que valoro si ir yo hacia ella(perdiendo así mi puesto en la cola), si levantar el brazo para saludarle, si luego presentarla a Laura que espera a unos metros a la puerta del cine, qué se me ocurriría preguntarle-todo ese carrusel gira vertiginoso en mi cabeza, retenido mi cuerpo por mi proverbial timidez e incertidumbres, en apenas un par de segundos, una larga mirada mutua de reconocimiento, el tiempo suficiente para que Letxe se dé la vuelta y desaparezca.


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