Ha
venido J en plan ordeno y mando. Me recrimina, entre otras cosas, por haberme
deshecho de una especie de mesilla que había en el puesto, toda jodida,
astillas y clavos –y, sobre todo, mugre. La espiacé
contra unas rocas desde lo alto la torre.
-Y
la silla giratoria que traje yo, qué, ¿esa también la vas a tirar?
-No,
ahí está la silla, bastante cochina por cierto…
J
encarecidamente me ruega que vigile el pinar enorme que hay bajo la torre –una
masa entremezclada de castaños, robles y helechos, que debían ser especies originarias antes de que repoblaran- , “la joya de la zona, reserva natural”…
-Como
se queme algo, nos matan los del pueblo.
Eso
me convence más que todas sus reconvenciones anteriores.
Tampoco
yo me imaginaba que hubiera aquí esta extensión de bosques. Al atardecer
desciendo la pista de kilómetros que baja de la peña, un camino verde y
sombrío, húmedo todavía, que contrasta con el pueblo, naranja y como aplanado. Es
el más lejano de la provincia de Madrid, tocando ya con Toledo…
Está
todo dios en la calle principal, en un patio junto a un bar, donde han colocado
una tele frente al paredón para ver el fútbol. Miradas detenidas, fichando al
forastero. ¿A que tanto mirar, la gente de los pueblos? ¿Qué pasa?, ¿es
que no hay carreteras para ir y venir?
El
caso es que todos los que han subido hasta arriba han sido encantadores, alguno
hasta me ha traído melocotones, como a un diosecillo de la montaña. Pero aquí
abajo…
Tengo
que reducir y pasar despacio porque hay un tío en medio de la carretera. No se
quitará, no. Viste camisa y pantalones negros y hace una finta desganada,
torera, al paso del auto.
Entre
los callejones asoma la torre de una iglesia. A la salida bares y restaurantes
cerrados, con letreros de se vende. Palmeras pequeñas y artificiales de melena
lacia. Una gasolinera como de juguete. Unos columpios. Mujeres morenas sentadas
en sillitas frente a una nave también cerrada. Algunas pintadas: “Vivan los
quintos de 2017” (¡!). Todo de ladrillo rojo en la tarde roja como si el pueblo
se hubiera levantado en el polvo esta misma tarde y con la noche fuera a
desaparecer.
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