Muere Enrique Urquijo, cantante
de Los Secretos. Le encuentran tirado en un portal de Malasaña (Espíritu Santo,
23) en la madrugada del miércoles –la noche de las estrellas fugaces.
Aburrido de estar encerrado en SB
salgo un rato al Tararí. Hay mucha gente pero pocos conocidos. El Maroto y el
soporífero Cousteau. Y el Lechugo que, en su calidad de road manager, dice
haber trabajado con Enrique Urquijo.
-Eso que dicen que era una gran
persona es mentira. Era un borracho, que despreciaba a todo el mundo. A mí,
aunque trabajaba con él, no me saludó hasta las quince veces de verme. Lo que
no sé es cómo ha durado tanto, porque hace ya tiempo que se quería morir, que
no quería vivir.
Dice también que el primero que
le vio muerto fue un periodista, “un cantamañanas de El País”.
A pesar de todo Lechugo cuenta
que ha ido a La Almudena
a tirar sobre la tumba –aún abierta, según él- dos litros de cerveza y unos
porros. Es un fantástico.
(Diario, 17 noviembre 1999)
Y ahí va esta canción. Siempre me ha gustado de ella su mezcla de tristeza y dinamismo, de nostalgia e incertidumbre, o sea, continuidad...
https://www.youtube.com/watch?v=x9ja89ULxwE&feature=player_detailpage
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