Vacilamos
al enfrentarnos desde el monte Alluitz al Infernuko Zubia, también llamado
Salto del Diablo, pasarela de piedra que une el citado e impronunciable monte
con el mítico y mágico Amboto. Inocente pasarela natural que salva un vacío de
un centenar de metros y junto a la cual, pero a conveniente distancia, algunas
placas metálicas de cuadrillas de amigos y clubs montañeros recordaban
funeralmente a los incautos que desde allí se habían precipitado al vacío.
Pero de haber estado, por ejemplo, a dos metros del suelo, no habría
habido problema alguno en remontar la pasarela, muy torpe habría que haber sido
para escurrirse por ella.
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