Ese momento fatídico en que el gran Borgnine abandonará a su
suerte a su compañero, el traidor
Angelito, en manos del Indio Fernández y su malvado ejército. Angelito se queda
cercado, acorralado, entre las risas de los inditos que le torturarán cruelmente…
mientras que Borgnine –una expresión indescriptible pintada por un instante en su
cara- sale del pueblo a caballo, hundido en la vergüenza y la cobardía, en
busca de la venganza y del Grupo Salvaje.
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