Andelfe liándola en el Mesón del Segoviano |
El Mesón alternaba en sus paredes
cuarteadas viejos bodegones y mapas de Castilla La Vieja con posters de dibujos
del Quijote.
Han pasado muchos años y lo
recuerdo muy vagamente, pero entrar en el Mesón del Segoviano era como
traspasar el Armario del Tiempo de Mortadelo y Filemón.
Por los traspatios soplaba una
corriente húmeda del fondo de los siglos que a lo mejor subía de un pozo entre
las muralla milenarias (siglo XI) que descubrieron cuando pasó a mejor vida.
Era muy temprano, primeras horas de
la mañana, y el sol de la calle aún no entraba al patio. Pero allí estábamos
cuando asomaba por la balconada un huésped legañoso –a lo mejor un arriero que
se había quedado doscientos años en el bucle espaciotemporal mientras la ciudad
crecía a su alrededor. La prosaica realidad era que se trataba de un indigente
(eso encuentro ahora en la biblioteca internauta: que fue en los últimos años
refugio de indigentes), pero esperábamos que de pronto apareciera Clint
Eastwood envuelto en el poncho mejicano.
Corría... 1986, creo. Un par de
años después, el concejal Ramón Tamames –sí, el marxista, el economista-
autorizaba el derribo y acto seguido una constructora de la que era
copropietario RATA, edificaba encima de las murallas y silos musulmanes.
La cosa es que ya hacia… ¡1935!, el
hoy demonizado César González Ruano deploraba el derribo inminente del mesón
viejo (lástima pero no encuentro ese artículo). Lo de segoviano se lo puso Ramón Gómez de la Serna, porque el patrón en
los años veinte era de allí, pero el nombre verdadero era la Posada de San
Pedro, construida en 1740.
La guerra y el franquismo debieron
mantenerlo en salmuera. Luego vino la transición con sus trapis y su desarrollo
sostenible. Ahora mismo la Cava Baja es una especie de museo del jamón y del
vino transitada por turistas no ya de fuera sino de Madrid mismo. Tarde o
temprano se lo habrían cargado o habrían hecho una exposición de mesones…
Interesante post el que Ud. ha puesto, sí. Aún recuerdo ese lugar. Pobre Madrid... En qué monstruo han convertido a esta vieja ciudad que sabía conjugar un cierto cosmopolitismo castizo con el sabor de lo rural... En fin...
ResponderEliminarPor cierto, quién es ese joven que sale liándose un xiri en la parte superior de su artículo? Andelfe, dice Ud. que se llama...
El caso es que me suena...
Anónimo amigo, si ud entrara en la máquina o armario del tiempo que lleva a las profundidades, seguro reconocería a ese alter ego.
EliminarAbrazos