sábado, 4 de mayo de 2013

INFUMABLE PYNCHON





Ahora o nunca, me digo al iniciar un viaje a Canarias. Es el momento de leer las 1300 págs de El arco iris de gravedad de Pynchon. Así que me dirijo a la biblioteca municipal, donde el Pynchon duerme el sueño de los justos y me hago con el tocho. Con el peligro consiguiente de hundirse el avión con todos sus pasajeros. Le pregunto a L:
-¿Tú crees que lograré acabar el Pynchon?
-Ni harto de grifa.
Es verdad, ha sido un error garrafal. A mí que más me da saber que…

El arcoiris de la gravedad, publicado en Estados Unidos en 1973, constituye la novela más celebrada de Pynchon. Mezcla, con un virtuosismo que el autor no había alcanzado anteriormente, un gran número de temas ya abordados en sus primeras novelas: preterición, paranoia, racismo, colonialismo, conspiración, sincronicidad o entropía... Considerado como uno de los arquetipos de la Postmodernidad en literatura, El arcoiris de la gravedad ha suscitado un gran número de comentarios y de exégesis, dos "guías del lector" y numerosos ensayos. (Wikipedia)


Pronto, a las primeras páginas, comprendo que Pynchon no quiera aparecer en las fotos, salvo una que le hicieron en la mili de marinerito y eso porque estaba borracho. Pynchon pincha, tan barroco y tan recargado que no deja entrar al lector en su libro. Me recuerda, con sus personajes de carnaval y sus lucubraciones cientifistas, a Boris Vian, otro gracioso sin puta gracia. Me da igual que pululen por internet machotes que no sólo éste sino que se han tragado bodrios de similar envergadura como Contraluz, Mason y Dixon, y otras. Aquí ni intertextualidad ni participación ni hostias. El marinerito borracho es el típico que te mete la chapa , agarrándote del codo y echándote el aliento y babas mientras te cuenta la película, SU película.


(PD: Tal fue mi animadversión por haber cargado con el tocho que a un gordo descamisado y con las uñas de los pies como garras de águila asomando de las sandalias que nos quería timar por llevarnos en su barca a ver una isla le bauticé como el gordo Pynchon. Y a lo mejor era en verdad el escritor maldito que tan celosamente guarda su identidad de los medios, refugiado en una isla del Atlántico…)


"Para Pynchon, el mundo tiene un significado, sólo que es inaccesible porque hay ciertas fuerzas que se encargan de mantenerlo oculto. Tan sólo un círculo selecto de gente posee el secreto del significado del mundo, aunque al menos, se sabe que lo tiene."
Salman Rushdie, entrevistado por Eduardo Lago en El País Semanal, Madrid (25 de enero de 2009).
 Pues vale, pues me alegro...

No hay comentarios:

Publicar un comentario