Vista –para sentencia- la
película/documental sobre Antonio Vega no sé entiende qué es lo que tanto ha
desagradado a la familia del músico (cuya leyenda alcanzó su apogeo
coincidiendo con el de su adicción, convertido en monótono cantautor, lejos del
dinamismo de sus años mozos con Nacha Pop), no tanto su relación con el mundo
de las drogas sino su conocimiento de sujetos verdaderamente siniestros, a los
que se daba por desaparecidos, que regresan treinta años después como
fantasmas, tal es el caso de los hermanos Alonso Colmenares: Will More (el vampírico
protagonista del film Arrebato) y su hermana melliza Carmen, musa de la movida
madrileña, dos tíos batallas, de esos que en la barra empiezan por contarte su
película para acabar mandándote a tomar por culo, cabreados en realidad consigo
mismos.
Will More entonces |
Will More en la actualidad |
Antonio Vega aparece como una
especie de místico -¿por qué habrá tantos yonkis místicos?- fascinado con la
música de los planetas. Buena película, jugoso documental, recomendable “sólo
para personas con criterio”.
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