No pude ir, no pude subir, “por razones personales”, pero me gustó saber que estaban ahí, tan cerca, casi a la vista, y a la vez tan lejos. Da igual, les he visto muchas veces, muchos años, las últimas en su natal Elipa y días después, finales de un septiembre lluvioso y metalúrgico, en San Miguel de Basauri –en este barrio había vivido mi padre de niño… todo se enlaza, viajes y canciones-, me basta con saber que siguen ahí, ardiendo, en algún punto de la noche, de Aramaiona a Santiago de la Rivera. Ayer, bajo la luna llena, asomado a la ventana, aguzaba el oído pero las notas se las llevaba el viento de las Vistillas. Burning, mayo, San Isidro (SIL) todo muy cerca y cada vez un poco más lejos.
viernes, 16 de mayo de 2014
BURNING LAS VISTILLAS
No pude ir, no pude subir, “por razones personales”, pero me gustó saber que estaban ahí, tan cerca, casi a la vista, y a la vez tan lejos. Da igual, les he visto muchas veces, muchos años, las últimas en su natal Elipa y días después, finales de un septiembre lluvioso y metalúrgico, en San Miguel de Basauri –en este barrio había vivido mi padre de niño… todo se enlaza, viajes y canciones-, me basta con saber que siguen ahí, ardiendo, en algún punto de la noche, de Aramaiona a Santiago de la Rivera. Ayer, bajo la luna llena, asomado a la ventana, aguzaba el oído pero las notas se las llevaba el viento de las Vistillas. Burning, mayo, San Isidro (SIL) todo muy cerca y cada vez un poco más lejos.
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Me pasó lo mismo. Pero de vez en cuando suenan en el radiocasete del coche y me vienen los ecos de aquella noche en el barrio San José, en unas fiestas de Salamanca, con el Risi tras sus gafas oscuras y su guitarra. Burning forever, y Los Enemigos y Rosendo y Los Ilegales y Los Rolling y el tío Lou, como diría Johny Cifuentes.
ResponderEliminarAupa, Eloy!
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