Se
anuncian en el Caldero dos conciertos de AC DC. Primero había una fecha y
pronto se ha ampliado a dos. Parece que el grupo de Angus –el enano colegial-
da sus últimas boqueadas, con un hermano loco y un batería imputado (por
contratar unos sicarios). AC DC es un grupo sospechoso –siempre ha llenado en
España -como U2, como Springsteen.
Y
es que AC DC es al hard rock lo que Bruce a la americana music (que dicen ahora
para decir country). El grupo gritón
y previsible apto para consumo masivo. Nada que ver con la polifonía de Purple
o Zeppelin. El grupo australiano, o escocés (o de escoceses que emigraron a
Australia), siempre ha gustado mucho a los pijos. La fácil rebeldía de
camisetas estampadas. En todos los directos, según me cuentan, tiran del Black
in black, sin duda su mejor disco, y un poco también del For those about the
rock (el del cañón). Esperaré a que el río traiga las campanadas del Hell Bells
y yo también sacudiré la cabeza haciendo como que toco la guitarra y aluego cantaré con esa vocecilla aguda para
romperse las cuerdas vocales y haré con los deditos el signo de “cabrón”…Tú
más, too much.
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