domingo, 28 de diciembre de 2014

KNAUSGARD


 
 

Por fin estoy leyendo al famoso Knausgard, voy por la página 200 de Un hombre enamorado –segundo tomo de su saga Mi lucha- y no sé aún qué opinar acerca de esta especie de novela autobiográfica que arrasa en los baremos editoriales

Voy cambiando mi valoración a intervalos, cada diez páginas más o menos. A ratos me parece un experimento fascinante, la tan cacareada sinceridad del escritor noruego. A ratos, trivialidades, chismorreos, un catálogo de pequeñas neurosis: las dificultades de Knausgard con su pareja, con sus niños en la guardería, en los columpios, en el centro comercial… De vez en cuando interrumpe el hilo de estas nimiedades para hundirse en su vasto y profundo mundo filosófico.
 

 

Lo de Knausgard es el reflejo, ciertamente huraño, de un mundo Ikea: Pero, aunque al autor le repela Ikea, también tenemos nosotros deasiado Ikea en nuestras vidas como para seiscientas páginas más de lo mismo. Knausgard lo sostiene porque es un escritor ameno, entretenido, aunque no sé si de mucho calado. Entretenido un poco en plan internet, un escritor muy de esta época: es como si flotaran, intercambiables, todas las cosas que nos cuenta.

 

 
De todos modos, hay que ser ególatra para escribir uno 3600 páginas (estas son las dimensiones totales de Mi lucha) sobre sus demonios interiores, y quedarse tan ancho. (Bueno, vale, aquí en España también tenemos los diarios de Trapiello, que deben de andar ya por las diez mil. Tanto Knaus como Trapi son narradores natos, exhaustivos –y lo digo en el buen sentido-, capaces de extenderse durante veinte páginas sobre veinte minutos pasados en la peluquería o en la estación de autobuses).
 

Knausgard ha tenido el acierto de escribir su tocho al filo de los cuarenta años. Después de los cuarenta, nadie se toma tan en serio a sí mismo.
 
 

 
 
 
Aún no sé hacia dónde caminan estas 200 páginas leídas de Knausgard –a lo mejor luego es la polla, y me tengo que callar la boca, pero… dudo de que el interés por “el genio” de KOK persista hasta la publicación en España del tomo 6. Y sin embargo, ¿por qué no? puede también perfectamente ir a más este fenómeno, como una especie de Stieg Larson existencial. Aunque, ¿quién se acuerda ya de Stieg Larson?

 
 
 

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