Extraña Cívica, con la roca caliza horadada en cuevas, escaleras, balaustradas, a un lado de las cascadas de agua. La documentación sobre el lugar es más bien escasa. CJC en su Nuevo viaje a la Alcarria, lo compara con “una aldea tibetana o el decorado de una ópera de Wagner”. Al otro lado de la carretera, en un ribazo que da al río Tajuña, hay una cabaña que hace de bar, regentado por una pareja de hippies (macho/hembra) que juegan a las cartas en la tarde solitaria.
Los hippies se muestran reacios y poco comunicativos. Hay que sacarles la información con tenazas: “Lo mandó construir un cura… hace mucho tiempo…cincuenta años o más…” La música se ha parado y entra en el bar a dar la vuelta a la casette de los Dire Straits. El bar queda en un pequeño prado, junto al río. Le preguntamos a la tía:
-Oye, ¿no sabes por aquí algún sitio para bañarse en el río?
-Está prohibido bañarse en los ríos- sentencia la gorda, que está fumándose un porro del quince.
Definitivamente los alucinados viajes del autor del blog me anodadan sobremanera y me hacen pensar en viajes astrales y desdoblamientos de personalidad yonkitorreteros-jipilkarreños,que es constructo,que es verdad, que es alucinacion...que baje Punset y lo vea...
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