Quería haber visto esta película en
el cine, pero… no ha pasado ni una semana del estreno y ya la han desprogramado. No ha debido ir ni Cristo
a verla, cualquiera sabe las razones por las que va o no va la gente a una
peli, el boca a boca, dicen, pero ¿en una semana?
Al final la he pillado aquí al
lado, en los negros, que pese a lo
que digan Ramón y Teddy, hacen una labor cultural tremenda. Eso o irme al
quinto coño a verla, a un cine de Alcorcón por lo menos. Y El chico del
periódico está bien pero no es para tanto.
Está bien, a pesar de lo que dicen
las críticas internautas, que se ensañan a tope con el filme.
Es más decente que mucha ful y
mucho videoclip que rulan por ahí obteniendo la aquiescencia del respetable.
Lo que ocurre es que Paperboy es
una historia que funciona sobre el papel, pero no acaba de cuajar como
película, parece una historia hecha de varias historias, hecha de varios géneros
–comedia kitsch, drama racial sureño, film noir, thriller, investigación
periodística- con personajes de varias aristas, de varias caras, y todo esto no
se sabe muy bien si por deliberada ambigüedad narrativa o por torpeza de ídem. Más
bien lo último. Hay que ponerle continuamente a la película lo que le falta, lo
que no le han puesto director y actores. Ir sacando las cosas de la oscuridad
en que éstos las han dejado e irlo todo revelando, pues cada cosa va por su
lado y no amalgama del todo.
Así pues, un ejercicio de
creatividad.
Del argumento no voy a decir nada,
no “por no desvelarlo”, sino porque me aburre contarlo y ya hay mucha internet
y muchas cosas.
Ah, dicen que el manchego universal estuvo a punto de rodar El chico del periódico. Habría estado bien, por sacarle un poco de lo suyo y que le diera un aire, además que El chico del tiene algunos ingredientes que le habrían sido cómodos: putas, maricones, criadas buenas, huérfanos, jóvenes enamoradizos y demás estereotipos, y también tiene colorinchis muy monos –aquí los pantanos de los Everglades en Florida. Y un par de escenas guárridas (guarras y tórridas) como cuando Nicole Kidman le mea encima al protagonista para curarle de unas picaduras, o cuando John Cusack, que hace de taleguero y basura blanca, se hace tranquilamente un pajote cuando van a la prisión a comunicar Nicole Kidman y unos amigos.
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