UN VIEJO DE CENICIENTOS
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la feria de Cenicientos |
…enseguida
me cayó bien aquel viejo. Muy moreno de color tierra, el pelo todavía negro,
larguito, un tipo menudo y sarmentoso que con su gorra azul de gasolinera y
camisa de cuadros no habría desentonado en un pueblo triguero de Kansas… Se
veía que era de campo campo y por eso no se hacía a las mañas de los
comerciantes. Le había dicho al tendero un
trozo de queso del que yo llevo. amagándolo con las manos, pero el de la
tienda se lo cortó el doble de gordo y el viejo no sabía qué cara poner, muy
grande, balbució. Te lo envuelvo al vacío si quieres- Y el viejo como había público,
o sea yo, maliciándose que el otro quisiera tangarle con el queso se trabucó un
poco y se le cayó al suelo una botella de agua que llevaba que yo la recogí y
se la dí, y por pundonor más que otra cosa rehusó la mitad del queso y cuando
se fue pedí un trozo del mismo queso del viejo que
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