martes, 5 de febrero de 2019

IRAKASLEA


Viene el chaval sobre las once de la mañana. Tiene un acento guipuzcoano cerrado que me ha costado pillarle, con esas erres que son ges que tiran para Francia, o para Iparralde, lo mismo me da. A mí me debe de ver como un freak, con la casa llena de libros y de discos, aunque sé que también le gusta la música y leer. Ha venido de un pueblo del Goierri a Madrid para hacer…¡dos carreras!, y con tiempo de aprender inglés y enseñar euskera, y seguro que con la misma voluntad de arrasar Madrid que tenía a su edad uno mismo, 18. (El atuendo no es muy distinto del de entonces, el pendiente, la parka, las botas Martyns o similares). Yo ya conocí alguna de esa gente de las dos carreras, que acabaron como la del galgo, en un desastre profesional y vital. Aunque no me da que vaya a ser su caso… Parece un chaval callado, con cierta intuición y sabiduría de las cosas –cualidades bastante comunes a sus años, que, contra lo que se piensa, suelen diluirse al llegar la edad adulta…

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