martes, 16 de julio de 2013

DR LOBO





como otros años, añado a las lecturas de las torres, una novela de loboantunes que he sacado de la biblioteca: creo que no he leído entera ninguna de las suyas, ni falta que me hace... ¿hasta qué punto Lobo es narrador? Este oligarca lisboeta, que escribe en conventos y hospitales de la capital lusa, donde las monjas le han reservado un cuartito, es de profesión psiquiatra. Aunque para ser escritor -dice ALA- hay que escribir todos los días ocho horas y leer otras ocho, los balbuceos y soliloquios de sus personajes remiten más que a otras prosas al discurso confesional y autobiográfico del paciente que se confiesa... En realidad no sé si ha ejercido nunca. Lobo, que va de solitario y de fumador pasote, tiene pinta de atender únicamente su monólogo interior. Y es además -no confundirse en sus aventuras angoleñas y coloniales con un aprendiz de Vázquez Figueroa- un lírico reprimido.  Si hay un escritor del mismo palo, una novela lírica semejante serían algunas cosas de Francisco Umbral -salvando menos distancias de las que parecen. También Lobo, como FU, es un gran lector de los poetas del 27. Si vuelvo una y otra vez más a sus obras -aunque no las termine, o aunque me quede sopa- es porque escribe cojonudamente.


 
 

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