domingo, 3 de enero de 2021

EL LIBRO GORDO DEL MACARRA

 


Los macarras son el punto de partida, porque también salen skines rockers grafitteros macarras/pijos... Como la suposición de que es Madrid epicentro de la macarrería –qué decir de Barcelona Bilbao Málaga (incluso Gran Canaria ostentó un tiempo la capitalidad de la delincuencia callejera). Pero vale por acotar un espacio. El tiempo va de los 60 –con los Pies Negros, banda que protegía a Camilo Sesto- hasta este siglo XXI en que Madrid es como cualquier otro sitio y cualquier otro sitio lo mismo que Madrid, séase Amsterdam o Logroño…

                                                     El Juanote: chiquito pero matón        

Es un libro de testimonios, atravesado por una sensación de nostalgia, la de los viejos macarras y drogadistos hacia un tiempo más libre y más espontáneo, menos controlado  -sin cámaras ni casi vigilancia, sin móviles, con lagunas legislativas por donde entrar y salir… Aparecen viejos conocidos: toda la chusma de la que nos cuidábamos entonces, convertidos ahora en protagonistas: los “franceses”, Juanote el skin, el Falín y el Banano, mucha peña desaparecida en los 90, muertos o emigrados. La ciudad al despersonalizarse iba expulsando a sus personajes más emblemáticos.

                                            Falín y Banano en San Pascual   

El viaje Iñaki Dominguez lo hace por barrios, del centro a los poblados: barrios que eran entonces como pueblos, con características más diferenciadas. Se echan en falta algunos distritos (¡Carabanchel!), pero Domínguez acierta al incluir lugares “tranquilos” en apariencia: Olavide, Chamberí, las colonias de la Guardia Civil, donde los hijos de la Benemérita cruzaban la frontera con cierta impunidad.

                                           la estación de autobuses de Alenza 

Así, faltan algunas referencias (son 500 páginas, pero el tema daría para una enciclopedia) como la céntrica bodega de San Mateo, donde los dueños habían dado una llave a los traficantes para en caso de llegar la poli salir por una puerta trasera. Los camellos a cambio les regalaron un futbolín. Un lugar entrañable, con todo. Hablan los supervivientes de todo aquello, y algunos se repiten un poco: “El Quini movía ficha”, “Fulano, que era hijo de un ministro (o de un presentador de la tele) apareció con una bolsa llena de coca”, “Entonces, le metí un cabezazo…” Me lo he leído a trozos, un poco abrumado al final de tanta batallita y tanta chulería.

4 comentarios:

  1. Asís la afonía te ha durado una año, menos mal que has recuperado la voz y veo que cantas mejor que nunca. Abz.

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  2. No, son Manolo y su hermano más pequeño Juan, alias “el banano”.
    El Falin era era el mayor, no tenéis ni puta idea

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  3. Y los 3ª Guerra Mundial, ahí son Fede, Juanote, la Poty y Tito que en paz descanse.

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