lunes, 28 de agosto de 2017

FIES17

 
Desgraciadamente, escenas como ésta se repiten todos los años en Aste Nagusia
   

 


 



lunes, 21 de agosto de 2017

MANZANO

 
 
Qué bueno este libro sobre José Luis Manzano. Muy bueno y muy triste, tremendo.
Manzano, el chico descubierto por el director Eloy de la Iglesia en unos billares cuando iba a la busca de carne fresca, y catapultado al star system cañí del cine nacional, catapultado y estrellado...
 

 
 
De la Iglesia le coge como “actor fetiche” de sus películas –Navajeros, Colegas, las dos del Pico, la Estanquera de Vallecas-, y además se lleva a vivir con él al muchacho. ¡17 tacos!, una época más turbia pero también más libre (tan es así que enseguida entran la hermana y luego la madre de Manzano como asistentas en casa del señorito Eloy).
 
 
Ahí están, juntos y revueltos, los marxistas dialécticos y los chicos del arroyo, De la Iglesia y su guionista Goicoechea instruyendo a Manzano y a Pirri sobre la lucha de clases, y al final todos deshaciendo las papelinas con las uñas.
 
 
 
También salen Quique San Francisco, Antonio y Rosariyo, el cura/pederasta Martín Vigil y el cura/obrero Pedro Cid. Y un paparazzi de Interviu, un periodista/basura que remueve los cubos para sacarla a la luz. Un vodevil muy madriles que termina en la tragedia.

 
 
 
 

De la Iglesia aparece como una loca y también como una faraona, reclutando a actores y técnicos, previa pleitesía y vasallaje, para su cine “sensacionalista”, que, con todo, ha quedado como de lo más visible de los ochenta aún sin poder traspasar la barrera de la década.

Cuando el sistema de producción por subvenciones deja fuera al molesto -personal y artísticamente- director, su caída precipita la de todos sus acólitos, algunos con red y otros sin ella, como es el caso de Manzano, “una personalidad destruida o mejor, nunca construida, que vive en una paranoia fantasiosa”, diagnostican los servicios sociales.

Ya no más películas salvo la película de la vida que va en presente continuo y no para nunca hasta el corten/pausa de la siguiente dosis.


 
A Manzano se le veía mucho en la plaza de Chueca, o recorriendo las filas entre los autobuses de Cibeles, dejándose ver, muy en actor. La sonrisa angelical y un poco ida, ricitos de oro. Lo que dijo el Pirri: “un pringaíllo”.



Manzano no para, de la casa de su madre en la UVA a la casa de Eloy en Chueca, de los poblados a Sabatini, de la clínica de desintoxicación otra vez a los poblados, de Madrid a Getafe, donde le recoge el cura bueno Pedro Cid, de la cárcel de Carabanchel a la de Yeserías, en régimen abierto. Y otra vez unos días a casa de Eloy y unos días a la del cura: una patata caliente.
El final no lo cuento porque se adivina.

 
El que ha levantado toda esta época y entrevistado a los supervivientes y recreado su atmósfera  de frío y lluvia es Eduardo Fuembuena, cineasta aragonés, que ha escrito un tocho de ochocientas páginas, autoeditado (de venta en Amazon) “para evitar la autocensura”.



A veces Fuembuena se enrolla mucho –documentación exhaustiva de las leyes del cine, la política de drogas, el PC al que pertenecía Eloy, las asociaciones de barrio, las parroquias –pero en el fondo sociológico se recortan con fuerza y humanidad los personajes (personas) y todo ello contado con frescura y cierta ingenuidad, en un tono antisistema/cristiata que sí, que tal vez no habría pasado los filtros editoriales. A mí me ha parecido un libro importante.












 El ángel exterminador: Pedro Cid: “Eloy de la Iglesia y José Luis ...
arcangelexterminador.blogspot.com/2012/01/pedro-cid-eloy-de-la-iglesia-y-jose.HTML
 

LOS OJOS ABIERTOS: EL CINE DE ELOY

asislazcano.blogspot.com/2016/11/el-cine-de-eloy.html

domingo, 13 de agosto de 2017

CALLING ELVIS

 
 

si hay que pedirse un Elvis que sea el de los 60, esquivo y aceitoso como un indio apache.
 
 
El de los 50 también es grande, vitamínico y acelerado, bailando las descargas eléctricas de Scotty Moore, gran guitarrista desaparecido tardíamente en el anonimato (2016).
 
El Elvis Presley del que Bob Dylan recordaba, oyendo la radio nocturna en la adolescencia: “Escuchar a Elvis era como escaparse de la cárcel”.

 
Dicen que cuando ep volvió de la mili el chico de Mississipi no era el mismo, era un doble,  un clon, como en los tebeos de Capitán América.

 
 
 
 
A lo mejor Elvis Presley no tenía muchas luces. Pero es que es de esos intérpretes puros, cantante cantante, que no compone nunca y nunca pretende conducir la música sino que se deja arrastrar por ella.
 
 
Has pinchao, macho...
 
Bajo las órdenes del manager coronel Parker un puñado de infumables películas, y la grabación de decenas de baladas intercambiables.
 
 


Elvis llega a los años 70 atiborrado de farmacopea y ya hasta el final con algo de animador turístico o cantante de geriátrico –aunque en esa deriva surjan canciones como Burning love o Suspicious minds.



Elvis delirante a las ordenes de Nixon, que le coloca la estrella de sheriff, en la lucha contra la droga.
-Qué miras...

Yo me acuerdo perfectamente del día que murió Elvis Presley, que fue para mí el día en que nació, porque antes no le había oído mentar.
Una colonia de verano en un pueblo de La Rioja, un corro de chiquillos sentados en el suelo, imágenes en blanco y negro de un telediario del mediodía: “Ha muerto el rey del rock”.
 
 
Un mocoso con ancho pantalón corto y alpargatas famélicas se levantó del corro y empezó a bailar espasmódicamente, ante la admiración de las monitoras. Una reminiscencia improbable del plan Marshall que no se hizo en España, pero que sí se hizo: con películas de John Wayne y singles de Elvis Presley.
 
 


 

 

 
Antes que al Elvis payaso y karateka de los últimos tiempos, que tiene relativa gracia, he preferido poner a éste más contenido: machacón y rítmico, y genuinamente americano, como el paquete de Winston.

Elvis Presley - BABY WHAT YOU WANT ME TO DO (new edit ...

https://www.youtube.com/watch?v=fDjY2VcLq7o

 
Dire Straits - Calling Elvis [Nimes -92 ~ HD] - YouTube
https://www.youtube.com/watch?v=UOmd7owtyHM