domingo, 19 de mayo de 2019

UNA PELI


Antes las pelis americanas tenían más gracia, eran más sueltas, no había que explicártelo todo
-Qué has hecho Doc? Entonces tú eres el malo, tú los mataste
-Sí, Matt, así es
-Pero no puede ser. En las grabaciones era Sam el que lo hizo
-Esas grabaciones estaban trucadas. Yo me puse una careta con la cara de Sam…
(un breve flashback recuperando la escena de los asesinatos y luego se ve cómo Doc se quita la careta de Sam)
-Entonces, ¿tú mataste a Sam?
-Sí…
-Pero por qué, Doc? No lo entiendo
-El era el primero siempre en la promoción. Estaba harto de ser su comparsa, el fiel compañero, jaja
-Estás enfermo, Doc
-¿Enfermo, enfermo? Mira si estoy enfermo
-No, Doc, qué vas a hacer, espera, espera
(La cámara huye hacia la calle, por donde llega un coche patrulla)
¡ Bang!Bang!
Un policía- Qué ha pasado aquí, quién ha disparado
-Fue él, deje que se lo explique, ha sido él con su propia arma
Otro policía-Eso tendrá que explicárselo al Juez
Primer policía- Tiene derecho a permanecer en silencio, tiene derecho a llamar a su abogado, tiene derecho a no tener derecho
Y así todo…



sábado, 18 de mayo de 2019

LAS PINICULAS

Ben Affleck y Charlize Theron en la pinícula Operación Reno


Veo algunas películas, pero sobre todo muchas pinículas, con argumentos directamente para subnormales,  con giros insólitos, con giros delirantes en cascada que van desbaratando toda la historia, pero todo cogido por los pelos (para qué poner ejemplos) sin lógica ninguna, porque sí, de modo que los propios personajes tendrían que revelarse a cada momento y decir: anda ya, porque tú lo digas

Además, por qué duran tanto esas pinículas, para contar qué




En el cine más que tramas y rollos (que ya no se cree nadie) buscamos la ventana a otros mundos, a otras vidas. Lo que cuenta es la atmósfera, la fotografía, los actores (sobre todo) y hasta la música. Lo demás está visto ya a la hora, y los desenlaces van a la baja, no suelen responder a las expectativas. Las pinículas, para tener cierta gracia, que pueden tenerla en su momento, deberían durar 80/90 minutos. Todo lo demás es coñazo y dolor de espada. 



En cambio hay películas de tres horas que no decaen, pero porque el argumento en sí no es lo más. Hace poco he visto La hija de Ryan, drama romántico que en principio no me decía nada, pero que me ha tenido enganchado las tres horas.


Y hasta pueden ser de acción, como algunas de Scorsese, por ejemplo Casino, que con su arranque engañoso (De Niro volando en una explosión dice en off que está muerto, que cuenta la historia desde la muerte y al final se ve que no, que era una bola), Casino parece una pinícula pero es película. Película película *


Scorsese cuenta sus historias, no cuenta sino que muestra, enlazando anécdotas, secuencias en las que los personajes, viviendo, van cambiando. Lo muestran los personajes psicológicamente o por cómo se mueven… Luego la voz en off de los cojones, pero que le sirve de engarce como narrador "decimonónico"… No tanto “giros”, sino evolución.
Bueno, dejo esta crítica tan sesuda porque voy a poner una pinícula.


*recuerdo que en el cartel de Objetivo matar, una mierda con Lee Van Cleef (¡y Tita Cervera!) rodada en Madrid, se anunciaba como máxima garantía: “Por fin una película película”. 

martes, 14 de mayo de 2019

PANERO USA

La última vez que estuve en Sears fue con Aaron Shulman, penúltimo biógrafo de la saga Panero, que ha publicado ya su libro en USA. En el libro salgo como en un cameo, no sé si muy bien parado, pero Aaron ha tenido el detalle de ponerme en los agradecimientos y citar todas las notas correspondientes (el manuscrito de Michi lo utiliza, entre otras muchas fuentes, para seguir una trayectoria). Un tío serio Aaron, no como el tonto del hijastro.

Like his mother before him, and his brother Juan Luis soon after, Michi needed help converting his life into a book from a combination of editor, ghostwriter, and amanuensis. He found this cocktail of assistance in the form of a thirty-year-old journalist and aspiring novelist named Asís Lazcano. A dedicated cyclist, Lazcano had ridden his bike by the Sear Clinic numerous times, never suspecting that one day he would spend countless summer afternoons on a bench out on the grounds, recording stories from Michi’s life. Inside the clinic, where they also worked, was a literal life-versus-death struggle between illness and medicine—“a smell of urine, disinfectant, and cotton,” Lazcano noted in his diary. Outside, summer thunderstorms periodically raged over Madrid. Lazcano imagined Michi trapped in exile, the twenty-six stories of the newly built, sleek-black, sentinel-like KIO Towers rising in the distance like a closed city gate.

lunes, 13 de mayo de 2019

MICHI PANERO EN MALASAÑA

















Me han encargado para una revista un artículo sobre los Panero -el enésimo- y tiro de materiales, publicados o no, y encuentro esta diapo*que le hice a Michi Panero en la plaza del 2 de mayo. Con el pelo corto casi parece "normal", un chaval del barrio tal vez un poco pasado, un viejoven. Tenía 44, primavera del 96, pero ya iba de vuelta de todo, por gusto o por necesidad. "Es duro ser un fin de raza en Malasaña", afirmaba en una entrevista que le hice y que se debió de perder en alguna mudanza o limpieza de fondos. Michi estaba en un piso interior que le había dejado un amigo en la calle Velarde. Calorazo y ruido de obreros atronando el patio.




Un año más tarde volvimos a encontrarnos y grabamos su vida y milagros en cintas de casette, en el pinar de la clínica Sears, entre la ciudad y el campo, la misma luz y el mismo calor madrileño que estos días de ahora, mayo, junio… Tras las tapias de aquel hospital de terminales (o casi) el Monte de El Pardo. Tipo sombrío y a la vez dicharachero, gracioso, con una frase siempre a  punto, recuerdo su discurso negativo en medio de una naturaleza esplendente, lo que a veces lo desmontaba y otras paradojicamente potenciaba su oscuridad.

*gracias a Emilio Reyero Zapico por "el revelado"

domingo, 12 de mayo de 2019

ANOCHECER EN EL TERCIO


Raro raro el barrio, a veces he soñado en él una existencia feliz e hipotética. Volviendo de noche con la brisa para encontrar sus calles tiradas a cordel sin gente ni coches –un gato cruzando como una serpentina. los jardines, los patios...


Nombran sus calles Chindasvinto, Rencesvinto y otros caudillos visigóticos. Frantxu lo mandó construir, o el fascistón de turno, como una colonia sindical… Con la democracia entró la droga a saco (en la cantina de la calle Gorrión el tabernero partía el costo con cuchillo y tabla de cocina), y muchos años después, lo ha repoblado alguna gente guay del diseño y el artisteo…


Mantiene su misterio en el silencio del anochecer, cerca pero lejos de la ciudad, antes de que en unos días estalle la fanfarria y los cóetes en el fronterizo Parque San Isidro.


sábado, 11 de mayo de 2019

LA HUERTA DE ARNICHES



Queda a un lado de la M-40, más allá de Hortaleza...
Yo llegué a conocer esos márgenes como un finisterre, con rebaños de ovejas, pero después vinieron barrios, más carreteras, edificios de congresos y “eventos” (horrible palabro). O sea que de milagro aguanta. La finca fue de Carlos Arniches, el sainetero pre/98, quien debía respirar aquí los aires puros, huyendo del bullicioso Lavapiés. Ahora la carretera brama cerca. 





Llego una mañana de sábado, cruzando en metro todo Madrid. Del metro hay que pasar la M-40 por un puente y al otro lado me espera D, que será mi introductor en la huerta. 



Se me hace raro encontrarle aquí, tan lejos de la ciudad y de la noche. Extrañamente apaciguado, con súbito entusiasmo por el agro y la naturaleza, se ha sumado a estos neorrurales (biólogos, agrónomos, etc) que trabajan la huerta. Una noche, tomando unas cañas, topó con ellos, empezaron a hablar y salió el tema, y aquí se presentó poco más tarde. Secularmente reacio a todo ejercicio físico, ahora escarda la tierra, planta tomate y lechuga, carga las carretillas y lo que haga falta, todo con una humildad monacal.







Volviendo a la finca: Arniches la cedió a la iglesia, unas monjas habitaron la casa durante mucho tiempo, después entró la Comunidad con un centro de mujeres en rehabilitación. La crisis finiquitó el programa y este grupo de agricultores urbanos solicitaron al “avispado” mantener la huerta (para consumo propio).


Lo que sigue es un documental gráfico, antes que se lo lleven todo por delante las excavadoras, cosa que hemos visto demasiadas veces… Seguiremos informando.

















domingo, 5 de mayo de 2019

TUSK



¿Qué me llama la atención de este disco? Lo saqué al azar de un montón y lo escucho una y otra vez. Se titula Tusk y es de 1978, un lp doble de Fleetwood Mac. Grupo de blues blanco de los últimos 60, cuya música se dulcifica diez años más tarde con la entrada de voces femeninas: Stevie Nicks y Christine Mc Vie, que dieron puerta a alguno de los integrantes originarios (toma igualdad de género) pero trajeron ventas millonarias al grupo.
En Tusk alternan canciones “marchosas” con baladas, es un pop rock o un soft rock, que nunca ha sido lo mío pero… deben de ser los años porque este soniquete ahora me relaja bastante. En realidad conozco el disco de hace mucho. Lo escuché las primeras veces hacia 1985, por estas mismas fechas –los mismos mayos, los mismos calores. Fue en casa de C** –amigo del barrio de Salamanca, no tan pijo como yonki, pero con un gran gusto musical: apenas una decena de lps escogidos como por casualidad pero muy buenos: Dylan, JJ Cale, Lou Reed, algo de Beatles (no le gustaban) y Stones. Era generoso y me regaló algunos de ellos.


Entre ellos no estaba este Tusk, me lo grabó alguien poco después en una de aquellas casettes Sony con las que ejercíamos la piratería casera. Lo tuve mucho tiempo, casi sin oírlo, y hace unos años L me lo regaló, entre otros discos, el día de mi cumpleaños. Volví a escucharlo un par de veces ya con sabor de cosa sabida, hasta estos días que lo rescato por azar...
Ahora es para mí antiguo y nuevo, ha guardado el aroma de muchas épocas pero a punzadas, y la sinapsis se mantiene intacta, y a la vez tiene algo de novedad pues a cada audición se revelan nuevos aspectos de los temas apenas oídos… Tiene un aire de improvisación y de frescura, pero sobre todo un tono nostálgico: nostalgia de la juventud desde la propia juventud, como si esta no terminara de pasar, un atardecer californiano interminable en un verano interminable, perros, coches con casette, paseos por la playa, gafas de sol, pulseras, chaquetas de colores.


viernes, 3 de mayo de 2019

CASAS REGIONALES


Bajo el sol hundido, entre el verde de los árboles y los callejones empedrados, la decadencia de las casas regionales –pequeño parque temático del franquismo-: Casa Currito, que fuera la Casa de Vizcaya, y en cuyo patio recuerdo alguna noche en fiestas del PCE, ahora cerrada y rodeada de vallas metálicas. La de Guipuzcoa incendiada, ya sin rastro de los viejos caseríos. Todavía funcionaba cuando vinimos a vivir aquí. Menú por 15 euros, ensalada de pimientos rojos y sardinas. No llegamos a ir y cerraron. Sus últimos inquilinos fueron una familia de gitanos portugueses. La Casa de Asturias permanece, pero con los hórreos cubiertos por hojas secas. Y el hortera esplendor de la casa de Toledo –castillete de pega, escudos de piedra- ahora llamada La Pesquera, donde suelen ir los jugadores del Real Madrid. Me fijo en una casa desconocida y elegante, que también está abierta, la de Galicia, galerías con ventanales pintados de verde, misterioso torreón vigilante…

jueves, 2 de mayo de 2019

INSTITUTO ANIMAL



Balan las terneras, mugen las vacas, en todos los animales que se acercan a las vallas ante una promesa de libertad, o al menos de compañía, la misma demanda muda (¿) en los negros ojos profundos que reflejan en su fondo los caminos vacíos de la tarde. Acuden como al pastor, como si estuviera en mi mano. Es en el IAA, ese raro edificio a un costado de la Senda Real, desierta en el atardecer festivo, edificio monolítico rodeado de soledad y de silencio. Hay fuera una pequeña pista circular, de la cual esta tarde por suerte han desaparecido los caballos. Hay puertas metálicas con rampas para que suban y bajen las bestias. Y tras los muros cerrados más balidos, mugidos, lamentos desde el interior de las naves oscuras, estentóreos como una carne que se abre, propiciatorias víctimas del encierro y el sacrificio.  


miércoles, 1 de mayo de 2019

FLORIDO MAYO


Este es el mes más madrileño, más luminoso y goyesco. La naturaleza que rodea la ciudad acaba dominándola y en los largos días siempre parece posible ir más lejos. Las fotos son de la Casa de Campo, donde la maleza hunde los bancos, pero también en los barrios y en los más tristes solares, de repente, contra el ladrillo y gris de los muros, un verde esmeralda, doloroso y a la vez viviente, de las acacias, de los plátanos y de las higueras suburbanas. La ciudad además agradece la fiesta vaciándose. De algunas verbenas el eco de la música y cohetes en la noche desde barrios muy lejanos.