jueves, 21 de febrero de 2019

JUAN DE PABLOS



Se va, se jubila, hu-hum, qué pena, Juan de Pablos… Más de treinta años oyéndole, escuchando entre canción y canción, pero sobre todo escuchándole a él, sus titubeos, sus mmm, sus hu-hum, sus silencios, sus cir-cun-loquios, haciendo acopio de paciencia hasta que se arrancaba de nuevo, a veces eufórico, risueño, otras mortecino, melancólico, a punto de echarse a llorar… 
La primera vez que lo escuché me cogió por sorpresa, un anochecer de verano en el cuarto de Bilbao, tumbado en la cama, con la radio pequeña de la abuela, mirando el cielo sobre el patio… Hacia 1988, y Juan de Pablos no tendría aún los cuarenta pero ya era un viejoven. Desde el primer momento sonaba como una voz amiga, un conocido: de siempre...
Han sido muchos años, y muchos recuerdos, oyéndole en la casa, o en el curro, o en la carretera… Pinchaba mucho dudua , baladas y teenagers, pero también música de carretera, aunque de pronto saltara de Neil Young a Joselito. A ratos con chispa, a ratos cansado, convaleciente... Desaparecía de pronto por largas temporadas y volvía a horas inusitadas (preferentemente en el atardecer, con el día ya vencido), ¿cuánto podría durar esta vez? Ironizábamos cambiando el nombre a su programa, en vez de Flor de pasión Flor de pensión, pero él seguía a través del tiempo mientras otros locutores míticos como Ordovás o Manrique caían de la programación de R3.
A veces con catarro, o con sueño, a veces riéndose él solo, hu hum, como si se acordara de algo que no quisiera contar y le hiciera mucha gracia... No sé si un hombre de radio pero sí un hombre en la radio, un tío legal, no había más que oírle. Azzurro y hasta siempre, monstruo, maestro…

CLASICOS



Como me dicen que ya casi no hago entradas sobre libros voy a hacer una entrada (a lo mejor serie) sobre los clásicos, adelantando que casi no he logrado terminar casi ninguno de estos libros. No es por quedar de frívolo ni de posmoderno, es que me parece que hay que atravesar muchos siglos y muchos lenguajes para llegar a ellos, y que muchas veces los clásicos están como “asumidos” o asimilados en escritores posteriores más cercanos (es como leer ahora a julio verne si lo has disfrutado de pequeño en los tebeos), o por el cine, o por la vida misma, la misma vida que hace que no tengamos ni tiempo ni calma para leer a los clásicos.
Reproduzco aquí la confusa impresión que me ha quedado de su lectura (aparte que casi todos venían en letra pequeña):

Decamerón. El Decamerón es como un ventanal o vidriera con estampas luminosas del renacimiento, lo que pasa que a mí no me importa si la monja quería tirarse al cura y estaba detrás, al loro, el padre prior escondido en el confesonario.
Odisea. Y la diosa, que se llamaba Zeus, acompañó a las heroicas naves de Poliester en su singladura. Vale.
Quijote. Este si lo leí dos veces, me gustaba, psé, pero sin poder soportar que Cervy interrumpiera su relato cada dos capítulos para meter otros relatos, las bodas de Camacho, historia del cautivo, etc, interrumpiendo la aventura y el diálogo sancho quijote quijote sancho que es lo que da sentido al libro.


Quevedo. Sueños. Una pesadilla. El buscón, no se entiende nada.
El Lazarillo. Más comprensible, además es corto, incluso te quedas con ganas de más.
Santa Teresa. Vida. Bien escrito pero lo dejé a las cuarenta páginas.
El criticón de Gracián. Era un tocho que lo leía para aprender sintáxis, gramática de la buena.
Fausto. Un alquimista que quiere venderle su alma al diablo. Muy visto.
Divina comedia. También va de diablos y de una barca que quería pasar un río, son libros los dos muy oscuros.
Moll Flanders. Historia de una prostituta inglesa en primera persona. Sin credibilidad ninguna.
Manon Lescaut. Historia de una prostituta francesa superentretenida. Es de los que más me ha gustado.
Libro de Buen Amor. Gracioso y con cierta música, a veces psicológico, un poco repetititivo…
Milagros de Ntra Señora. Del mismo palo pero más moralista.
Cantar del Mío Cid. Muy polvoriento y muy árido, sobre todo si toca leerlo con 15 años, en el colegio.
Gargantúa y Pantagruel. Enseguida pierde fuelle, mejor para ver en los dibujos.
Shakespeare. Los que leí sí que me gustaron, El rey Lear y otros, por las brillantes imágenes, las traducciones debían de ser buenas, y por “su conocimiento del alma humana”, con personajes que vivían.
Historia verdadera de la conquista de la nueva España. Lo tengo pendiente, la conquista de las Indias contada por un soldado, Bernal Díaz del Castillo, que participó en ella…
La Celestina. Dicen que es muy bueno, pero no lo he comprobado. Ahí está, muerto de risa.

martes, 19 de febrero de 2019

ES DECISION


Ha salido una tarde de primavera y las dos chicas están sentadas en la plaza del pueblo, que es Buitrago de Lozoya, en una de esas mesitas ajedrezadas que hay frente al ayuntamiento. No parecen del pueblo, sino de las que vienen de Madrid, aunque sin esa soltura de otras neorrurales que suben a pastorear o a las colmenas, que suelen ser hippies… Estas dos tienen un aire más contenido y como de cierta preocupación. Podrían ser maestras, o bibliotecarias, a lo mejor enfermeras… La rubia con permanente se muerde las uñas y escucha con atención a la compañera, que le asesora. A esta, de pelo liso y con gafas sabiondas, se le nota más serena y más tranquila, incluso disfrutando de su rol de psicóloga. La rubia se inclina sobre un bloc grande de espiral y va apuntando en dos columnas los pros y los contras de algo importante que parece que le tortura –trabajos o amores o viajes, o todo junto, todo en un andar- y tacha y vuelve a escribir, y tacha, ralentizando la corazonada entre las cuentas del debe y el a ver...

PESADILLAS


Los gatos muertos los cementerios los accidentes los hospitales las peleítas los desamores los pinchazos. Toda la basura psíquica con la que vamos cargando  hasta que la noche la escupe la cabeza la escupe –el fuego el miedo el horror rifirrafes por ná semáforos en ámbar cadáveres que echan humo- (todo se recompone (¿por fin?) no sin pérdida) - despiertas impresionado por todo el material que está saliendo del camarote -fresko fresko: de los últimos años-, pero también aliviado mirar a la calle que asoma tranquila en la noche tranquila. Como una balsa de aceite.

lunes, 18 de febrero de 2019

SOMOSIERRA OTRA VEZ


Otra vez a Somosierra pero como siempre sin poder coronar el pico de las Tres provincias -también llamado la Cebollera, donde nace el Jarama-, a veces por la niebla a veces por nieve… pero me gusta esta montaña entre dos hondonadas. La de Madrid y la de Castilla. (Aunque no me queda claro del todo si Madrid es un agujero negro dentro de Castilla o, como pintan los comuneros en las paredes, "Madrid es Castilla", lo dejo para otra entrada) me gusta esta montaña donde la vegetación tira para la de mi tierra –las verdes huertas los helechos los alisos el hayedo- aunque ya mi tierra sea sobre todo esa carretera que corre entre las dos ciudades ((perdida de choperas y torres románicas y arroyos)) carretera que atraviesa Somosierra, y esa cosa que tiene esta comarca de cercanía y a la vez de distancia -una vez aquí junto a un regato descubrí el esqueleto brillante de un ciervo y me sentí como cochise jefe indio, a pesar de los camiones que zumbaban tan cerca... 









Hasta aquí hemos llegado



FUNAMBULISTA


Al despertar y bajar a la calle, me hizo ilusión encontrar al funambulista, como la constatación de que por fin el circo había llegado a la ciudad...

Jose, funambulista




jueves, 14 de febrero de 2019

BLACK AND BLUE

-Sólo me queda la cerveza y la música de los rolling stones- le dije melodramático a un amigo una noche de malasaña
-Pues te queda bien  poca cosa.

He visto hace poco que algún tontonauta ponía el Black and  Blue de los Stones en la lista de los peores diez discos de rock de la historia… Yo he escuchado este disco cienes y cienes de veces, y siempre con aprovechamiento. Pero hay mucha gente que las películas tienen que ser con argumento y las novelas con final feliz…


Una cosa sí que se nota, que este álbum es una improvisación, work in progress, le dicen, pues parece que los Rollingstones estaban en la necesidad de sacar pronto un disco, entonces, hacia 1975, iban a dos por año (ahora llevan catorce sin grabar nada, el último es de 2005, no cuento el de versiones de blues por ser una puta mierda).



No tenían guitarrista para suplir a Mick Taylor y probaban con varios. Jeff Beck, dicen que Clapton. También con gente del jazz rock, como Harvey Mandel, que aparece en Black and Blue. Esto hasta la entrada decisiva de Ron Wood…


Por eso no había en Black and blue ninguna canción redonda, original, una “creación” propia de los Stones, trabajaban sobre moldes ya hechos, entraban a una corriente que fluía en algún lado del subconsciente.

Con Black and blue se acabaron los stones melódicos y sinfónicos, aquí hay más ritmos que melodía -funk soul reggae disco- palos que apenas habían tocado. Mucho swing. No son canciones acabadas sino los rs dejándose llevar por el ritmo, dentro de un maremágnum sonoro que les arrastra… 

No sé dónde está grabado, creo que en Alemania dijeron el otro día en la radio, pero suena a las Antillas.



A mi padre, que no era de rock para nada, le gustaba Black and blue, una vez que yo lo estaba escuchando, cosas como Melody, ragtime de Nw Orleans con piano y trompetas que el viejo, con oído, identificaba como “cabaret francés”. Cosas como Fool to cry en la que Mick empieza a cantar en falsete en la onda Bee Gees.





Porque aquí los Stones están muy arropados de pianos y organistas, con sus grandes teclistas amigos –Nicky Hopkins, Ian Stewart, Billy Preston (coros también, fanfarria y lo que se tercie, una máquina)-, rollings en la sombra, los tres tristemente fallecidos.


Pero shiquillo...
No taproveches
El último tema Crazy Mama es un rock machacón ya con ellos solos, puro Stone, que preludia lo que vendrá después. Con Ron Wood murieron los stones y nacieron los rolling, pero esto ya lo voy a dejar para otro día…






Dudo que hayáis llegado hasta aquí, pero voy a enlazar  un par de temas: Hand of fate- un rocanrol como para oír en los billares-, y Memory motel, preciosa balada de carretera, cuasidesconocida.



martes, 12 de febrero de 2019

LA MACHINE

La sala de juegos esplende en la noche con campanas que brillan y fluorescentes que parpadean. Pero hay que ser hijo de puta para colocar un garito así en el Paseo Extremadura, entre las casas que se caen y los comercios que cierran. Vamos paseando al perro y L, que vive ahora al lado, me cuenta que desde que han abierto anda una gente muy rara, mafias…
¿Pero esos no serán la mafia? le digo. Son una cuadrilla de sudamericanos adolescentes que marchan con resignación, alejándose de la mala suerte. Les han desplumado y se ríen de ellos mismos, un poco avergonzados, justificándose de cara a la galería: La culpa ha sido tuya. No, tuya, que me dijiste que no parara, que no lo dejara hasta meter los cien euros…

lunes, 11 de febrero de 2019

MAITE LAZKANO



Maite Lazkano. Damurik gabe. Elkar, 1982. 140 orrialde.
Hurrengoa da kontua, hiruren kontua… Berrogei urteko ezkondutako emakumeak topo egin zuen etorri berria zen gazte batekin. Gazte hau mexikar euskalduna da, eta margolaria gainera…, erakargarria berarentzat. Beraien artean amodioa hasten da, baina hasieran nekez. Azkenean amore emango du emakumeak eta hondartzako egurrezko etxe batera bizitzera joango dira elkarrekin. Orduan, istorioko momenturik hoberenean, senarra agertzen da “sentido común” apur bat jartzeko. Dibertigarria da eleberri hau…
Ezagutu berria daukat Maite Lazkano idazlea, Corin Tellado-a euskalduna. Ehun urteak betetako emakumea da oraintxe (Donostia, 1917) eta bostehun liburu baino gehiago egin ditu.
Hasieran Maite Sesé Lazcano gisa sinatzen zen. Noizbait Maite Sesé bihurtu zen Maite Lazcano eta geroago Maite Lazkano eleberriak euskaratu nahian…

(Neuk be aldatu nahiko nuke, literaturarako gutxienez. Hemen Madrilen exotikoa geratuko litzateke eta Euskal Herrian peto petoa. Ea horrela kaleratzen didaten nobela, auskalo…)

*Eskerrik asko Aitorri zuzenketak egitearren








domingo, 10 de febrero de 2019

sábado, 9 de febrero de 2019

LA CITA


Dice con jactancia que tiene “una cita”*, pero interiormente está corroído. Ni tampoco sabe qué actitud tomar. Piensa que lo mejor será acudir sin expectativa, total, no sabe lo que va a pasar, sin proyecto, sin siquiera hacerse una idea de nada… Lo que pasa es que su cabeza, su pasada cabeza, empieza a arrancar por su cuenta, irrigando, bombeando la sangre el cerebro por todo el sistema nervioso. Y trata de conciliar una mezcla de actitudes la serenidad del monje la curiosidad del animal que deja que se le acerquen la indiferencia aparente de quien pasaba por allí la asertividad del que se ofrece y la flexibilidad del que está dispuesto a saltar, nadar o guardar la ropa, complicado le resulta lo de ser uno mismo


miércoles, 6 de febrero de 2019

GRAFOMANIA

No sé si lo que escribo son tonterías, a veces se me ocurren tantas cosas que tengo que venir por la noche al ordenador, levantándome de la cama para apuntarlas. Eso mismo le pasa a Stephen King, me parece, pero en su caso cada idea le da para una novela… Me ha venido ahora a la mente aquel personaje que apareció un verano por Bilbao a mediados de los ochenta. Era un extranjero joven aún -¿nórdico, eslavo? Pelirrojo de melenilla flotante, de estatura media, ojos azules como de muñeco y la expresión afable y sonriente. Llevaba colgando de la espalda un zurrón, sujeto sólo en un hombro. Un tipo llamativo y ágil, tal vez un marino o un viajero. Invariablemente se paraba en las esquinas o en las plazas y con afán y con ligereza, apuntaba lo que veía –o eso parecía, que apuntaba lo que veía- mirando a lo alto, al dondiego o a las torres de zabalburu, sin sentarse, un bloc pequeño en una mano y el bolígrafo en la otra, un periodista todoterreno, todo lo miraba con curiosidad. Nos acostumbramos a su presencia, pero aquella manía suya de escribir… A los meses garrapateaba con dejadez, tenía la mirada apagada, la cabeza con más entradas, había cambiado su atuendo (los primeros días, con aquella chamarrilla de entretiempo, verde con forro naranja, iba curioso y decente, como decía mi abuela) por el vestuario de la caridad… Se convirtió en uno más de los locos, de los personajes que entonces pululaban por la ciudad. Ya escribía con una desgana mecánica y lo que ponía se notaba de lejos que eran signos indescifrables. Y un buen día -las manos en los bolsillos, avanzando a paso de robot, sin mirar a los lados- supimos que había abandonado aquel capricho, y los cuadernitos de marras.

martes, 5 de febrero de 2019

IRAKASLEA


Viene el chaval sobre las once de la mañana. Tiene un acento guipuzcoano cerrado que me ha costado pillarle, con esas erres que son ges que tiran para Francia, o para Iparralde, lo mismo me da. A mí me debe de ver como un freak, con la casa llena de libros y de discos, aunque sé que también le gusta la música y leer. Ha venido de un pueblo del Goierri a Madrid para hacer…¡dos carreras!, y con tiempo de aprender inglés y enseñar euskera, y seguro que con la misma voluntad de arrasar Madrid que tenía a su edad uno mismo, 18. (El atuendo no es muy distinto del de entonces, el pendiente, la parka, las botas Martyns o similares). Yo ya conocí alguna de esa gente de las dos carreras, que acabaron como la del galgo, en un desastre profesional y vital. Aunque no me da que vaya a ser su caso… Parece un chaval callado, con cierta intuición y sabiduría de las cosas –cualidades bastante comunes a sus años, que, contra lo que se piensa, suelen diluirse al llegar la edad adulta…