viernes, 29 de julio de 2011

CERRADO POR VACACIONES

CUMPLEAÑOS

 Mañana, 30 de julio, es el cumpleaños del autor de este blog. ¡45 tacos me han caido encima!


 Aquí, intentando beber ansiosamente de la fuente de la eterna juventud
-Qué haces, es inútil...
-Déjale, ya se dará cuenta...
-Aaaahh

GREENELAND

Alternando con sesudas lecturas metaliterarias he vuelto a topar con un libro de Graham Greene, El factor humano, trescientas páginas que se devoran en unas horas, como si se tratara de una obrita de teatro o un guión de película.
La historia va de espionaje, ahora que aprovechando todos los mercadillos evangélicos y luteranos me estoy haciendo con toda una colección de la guerra fría, de Forsyth a Le Carré (mucho mejor que Dan Brown y toda esa fula).
Este factor humano lo escribió un Greene setentón y setentero, pero viene a ser lo mismo que las de sus comienzos (Brighton Rock, 1938, por ejemplo), incidiendo en sus tópicos ya entrañables. Las preocupaciones existenciales demodé, los escrúpulos católicos igualmente trasnochados, los flashbacks que evocan traumas de infancia o juventud de sus protagonistas, el alcohol culpabilizador y delator… materiales de los que sale sin embargo un novelón.
Un figura, un monstruo, este británico católico, alcohólico y mujeriego que seguro que disfrutaba un montón con sus propias contradicciones.  

martes, 19 de julio de 2011

EL QUIJOTE


He vuelto a intentar leer el Quijote, ese libro famoso y coñazo que todo españolito mitifica y odia a partes iguales. De pequeños creíamos que el Quijote era verdad como el Cid y ahora creemos que son los dos mentira.
 
Lo más que me he reído con El Quijote era con un niño amigo mío que cuando llamábamos a los portales automáticos de la calle decía:
-¿Quién es?
-Quijote
-¿Diga, diga?
-Me chupas el cipote
 
Lo que pasa con el “Donqui” es lo que pasa con las Lanzas de Velázquez, que hemos visto su reproducción tantas veces que cuando la vemos no nos impresiona. Habría que leer el Quijote como dicen que se escribió, como libro de divertimento y chanza, pero ya es imposible con tanto polvo y plomo que le han echado encima.
Lo más gracioso del libro es cuando Sancho se caga en los pantalones y Quijote le vomita encima (o viceversa).
 
Luego cuando uno se va enganchando con los diálogos Sancho-Quijote, Quijote-Sancho, va Cervantes y lo interrumpe con pequeñas historias coñazo: las bodas de Camacho, el curioso impertinente, etc. Historia de historias que no hacen más que romper el hilo.
Otra cosa que no se entiende cuando salen escenas o series de “Donqui” en tv, por qué los que hacen la voz en off ponen esa voz  chorra, cascada, de vino de odre viejo o viejo pergamino, por qué no lo leen normalmente.
 
No se entiende a qué esa veneración del Quijote y por qué a uno no le puede gustar más Tolstoi o Dostoievski, o incluso Tostoievski. 
De todas maneras lo volveremos a intentar el verano que viene. 

CLINT EASTWOOD EN COLMENAR VIEJO

Sergio Leone rodó algunas escenas de sus spaghetti westerns (además de en la famosa Almería) en las inmediaciones de Colmenar Viejo. Algunas tardes alucinadas he creído ver la figura solitaria de Clint, con el poncho mejicano, disparando a las latas de coca cola y las botellas de Mahou y mezclado con el aroma de las jaras me llega el olor de la pólvora y el olor de su purito encendido. (en la imagen CE y de fondo, el cerro San Pedro)

PUEBLO

El pueblo tiene el dudoso honor de albergar el cuartel donde "se celebraron" los últimos fusilamientos del franquismo (y donde hace unos meses murieron cinco artificieros). También, en las inmediaciones, se levanta el Canto del Pico, residencia de esparcimiento del Caudillo, de gótico aspecto estremecedor.
La carretera está flanqueada por pequeños chalets piedra serrana, chalets de quiero y no puedo, habitados por una burguesía de medio pelo. Ancianos de bigotillo y gafas de sol, ataviados con camisas caqui, pasean apaciblemente sus dobermans... Pero bueno, me callo, ya me callo, porque todos los días voy a trabajar por la zona y no sea que  algún erudito del pueblo descubra este blog y me cojan y me den de hostias.





EL VIAJE A REGION


Para llegar a Región es preciso atravesar páramos calcinados por el sol, internarse por estrechos desfiladeros, bordear los pantanos que han anegado parcialmente la comarca (pantanos construidos por un ingeniero madrileño que intentó, sin conseguirlo, inmortalizar la comarca en sus plúmbeas crónicas literarias). Es necesario también congraciarse con el cancerbero que vigila este reino prohibido. No es fácil salir indemne de este lugar oculto.


VISIONES DE REGION


Región está relativamente cerca en el espacio/tiempo pero a años/luz en el territorio de la percepción.

LA CASA DE REGION

Rodeada por la maleza, inmersa en la humedad y el verdor, cuajadas de telarañas sus viejas vigas, como en el sombrío caserón de “Great expectations” de Dickens. También aquí las seculares paredes que vieron nacer y crecer generaciones guardan sombríos ecos…

viernes, 15 de julio de 2011

LA PISCINA ARRASADA


Cuando la guerra ya había una especie de “Madrid Río”, la piscina La Isla. Los bombardeos y pifostios la dejaron destartalada, como puede apreciarse en la foto. Los nacionales estaban en la Casa de Campo y arrasaban con el Cristo de los pepinos. La piscina duró unos cinco años, los que la República famosa. 
 
Es brutal la foto, con la piscina como barco bombardeado. El barco de la modernidad, que verían pasar las lavanderas del Manzanares antes de que se fuera a pique. Uno va cumpliendo años y aquel pasado, otrora legendario, se da cuenta que fue ayer o, como mucho, anteayer. 
 
La piscina vacía también tiene su belleza. Recuerda a aquellas piscinas desiertas, solitarias, que cruzaba el gran Burt Lancaster en “El nadador” para llegar a su casa antes de que el otoño se le echara encima.

miércoles, 13 de julio de 2011

ÑU EN SAN BLAS


No se debe decir “los Ñu”, sino Ñu a secas. Grupo exclusivo de José Carlos Molina, que utiliza y quema a los músicos de la formación, por la que incluso pasó Rosendo Mercado, quien compuso con Molina “El tren”, que también sonó la otra noche en San Blas, en el auditorio del Parque del Paraíso.
 
Ñu en San Blas. Con la impresión personal de ser fagocitado en una gigantesca máquina del tiempo. (Oscura noche de invierno, treinta años atrás, en que uno pisaba por primera vez el mítico y lejano SB, y fue precisamente para ver a Ñu, en un fallido intento... Pero aquel era otro barrio, y aquella otra historia, leyendas negras de la transición).
 
Ahora José Carlos llegaba desde su retiro en Sacedón, de donde baja para actuar dos o tres veces al año. “Quiero volver…Ayudarme” espetó al público sin cortarse. “Dejar de oír esa mierda que ponen en la radio... No sigáis a los falsos profetas del metal…”. No parece fácil la marcha atrás para el flautista de Legazpi. Y seguramente, ni ganas. “Era una broma” aclaró “¿pero a qué ha quedado de puta madre?”

lunes, 4 de julio de 2011

LA FUGA DE TORRELAGUNA

La cerveza estaba agria, el pan durísimo. El revuelto de verduras hecho con huevina. Cuando, ante nuestras justificadas, aunque tardías, protestas, el vejete que servía las mesas propuso cambiarnos el churrasco inmasticable –que había anunciado como "la especialidad de la casa"- por unos filetitos de lomo, salimos a echar un cigarrillo, sin ninguna intención a priori…
Al emerger a la luz y al calor vimos la ocasión propicia.
Sólo que X (a petición suya, preservo su anonimato) que no fuma se quedó dentro del mesón. Ibamos a avisarle por el callejón, al que daba la ventanas del comedor, pero el callejón estaba ocupado por un grupo de currelas, los cuales no parecían hacerle asco a las viandas.
Pero, como impulsado por la telepatía, X salía en breves instantes por la puerta. El mismo nos lo propuso. ¿Nos vamos?
Dimos la vuelta a la esquina, torcimos, encontramos la calle donde habíamos dejado el coche. Torrelaguna languidecía en el sopor de las cuatro de la tarde. Salimos pitando, que en los pueblos son muy suyos, con un derrape digno de El Vaquilla…

En el siguiente pueblo, unos polos y cafés con hielo para celebrarlo. Cuando seguíamos camino, ya en las lindes con la provincia de Guadalajara, una patrulla de la benemérita nos interceptó el paso. Un control rutinario, correctísimo (o sea desabrido y chulesco) que sorteamos con cara de paisaje, pensando, por unos momentos, que ya se habían distribuido carteles de SE BUSCA con nuestras caras por todos los mesones y menús del día de la comarca. Falsa alarma, afortunadamente.

viernes, 1 de julio de 2011

FAROLA Y LUNA

Noches de rock & roll en Cantalejo (Segovia)

SUMMER IN THE CITY

Que empiece ya...¡Que suene por todos los arradios la mítica canción de Lovin Spoonful!. Es verano en la ciudad. Mientras recorremos vacías e interminables avenidas buscamos, para no derretirnos, la penumbra sombría de los cines, el verdor refrescante de una alameda, piscinas lejanas en barrios deshauciados. O nos quedaremos leyendo en la habitación sombreada, oyendo los pájaros por la ventana entreabierta...
Mentira. Mentira y mito proustiano. Eso ya no existe. Calor, ruidos, papeleos sin fin, piscinas abarrotadas, sirenas (Samur) /sirenas (policía). Los motores de los coches que suenan con más fuerza y calientan a más y mejor. Ya no se va ni cristo de la puta ciudad del verano. No es por ser elitista, pero ya ni siquiera queda el misterio refrescante de la noche. Al final nos iremos nosotros, urbanitas vocacionales, huiremos a las pozas cristalinas y hemingwayanas, escapando de las hordas que vienen de Parla y de Fuenla y de todos los puntos del planeta.

(Por cierto que todavía no he oído este año en los arradios la canción de los Lovin Spoonful, sino otra versión de Summer in the city, bastante más light,  interpretada por un Joe Cocker desintoxicado a raíz de su paso por Woodstock)

HEMINGWAY

Muchos años, por estas fechas, ganas de volver a entrarle al viejo barbudo. Será que se acercan los sanfermines, o un nuevo aniversario de su muerte -con este año son ya cincuenta-. Ahora le ha tocado el turno a la relectura de Por quién doblan las campanas, que había leído a la tierna edad de quince años.
Al loro con las relecturas dichosas, que muchos libros acaban perdiendo... Es lo que me está pasando con PQDLC (el título es demasiado largo para escribirlo otra vez) y otras novelas gloriosas en la memoria. Esta va, como todos recordaréis, de un americano que quiere volar un puente en la guerra civil española, por Navacerrada y por ahí, muy cerca de Madrid... Lo malo es que el guiri -a través de cuyo punto de vista se narra la novela- es el único personaje que tiene entidad. Todos los demás -un grupo de guerrilleros republicanos con los que convive- son españoles, pero con una fuerza telúrica y un dramatismo y un romanticismo que la verdad no suelen darse por estos lares. A lo mejor es que entonces no había fútbol. El caso es que más bien parecen una creación mental o una figuración del protagonista yanqui, probable contrafigura del viejo Hem.

Es que Hemingway vino a la guerra española como de periodista/turista y eso se nota mucho... Lo que sí es Hemingway es un gran sensitivo, un impresionista de la naturaleza límpida, de todo lo que se ve y se huele. La nieve en las cumbres, las truchas en las pozas, el alquitrán de las carreteras y el olor a pellejo de una bota de vino. Pero como creador de personajes, a pesar de que todos ellos hablan muy castizo, el viejo Ernest se ha cargado la polifonía y el dialogismo, los cuales  postulaba Bajtín como elementos esenciales de la creación novelesca. Y no sigo, porque me está quedando una entrada muy pedante...
(De todas maneras sólo llevo cien paginas. Igual al final flipo y todo, ya veremos)