lunes, 14 de diciembre de 2015

LOS KRONEN


 

En el Matadero: estreno de un documental sobre la generación Kronen, y posterior coloquio. Le pregunto al director del documental, Luis Mancha, qué pasó con los kronen, a ver por qué desaparecieron, ¿falta de calidad, falta de lectores, estancamiento en sus temas “juveniles”, defenestración por parte de sus propios editores?…

Algunos de estos editores salen también en el documental, a día de hoy retirados/prejubilados en sus destinos playeros, no queda claro si por cansancio o por no cubrir los gastos. El director del documental me responde con vaguedades para justificar el final de la generación: el auge de internet, la crisis del papel, la crisis de los suplementos literarios (¿y entonces por qué sí han seguido sus mayores literarios -Mumo, Javimar, Mendoza?): el documental no documenta la debacle.




Leo también le pide que se posicione sobre los 90 -la década de las “Crónicas marcianas”, el fútbol a diario, la cocaína, el individualismo-, pero el director parece encantado con aquellos años en los que -dice citando a José Angel Mañas, protagonista e impulsor del documental- “se masificó, se democratizó la marcha, la noche”. (¿Son verbos sinónimos?) 

El caso es que se llenaron los bares y las plazas, y los pubs en los que unos años antes habíamos entrado y salido libremente se blindaron con porteros y matones.
La época, en lo social, fue siniestra. ¿Y en lo literario? Se publicó una ristra de curiosas novelas, a la vez personalistas –casi todas están en 1º pers. sing.- y de vocación generacional. Veinte años después, quizá la que mejor aguante sea la que abrió la brecha, Historias del Kronen. Pero la gran novela española de los 90 no la hizo ninguno de ellos, Mañas, Loriga, Prado, Prada, Lucía (que ha tenido el buen sentido –o simplemente el divismo- de no aparecer en el documental, de no querer salir en la foto). Tampoco la generación de El País (Mumo, Javimar, Vila Matas), sino el chileno Roberto Bolaño, afincado en Cataluña, con Los detectives salvajes, un tochaco digno de los maestros norteamericanos.



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