lunes, 11 de abril de 2011

DOG SOLDIERS


Inédita hasta ahora entre nosotros, “Dog Soldiers” (1975) del americano Robert Stone es un clásico de la literatura post Vietnam. Incluso el exigente Harold Bloom la incluye en su famoso canon.
El motor de la novela es una bolsa con heroína de gran pureza que John Converse –pseudohippy, pseudoperiodista de guerra, ávido de experiencias- compra en Saigon e introduce en los USA con la ayuda de su amigo Hicks –ex combatiente, una especie de guerrero zen, un Rambo que ha leído a Nietzsche. Hicks tiene que entregar la droga a Marge, la mujer de su amigo, pero terminará huyendo con ésta y con el cargamento. Mientras tanto, Converse es secuestrado por unos falsos agentes federales, los siniestros Danskin y Smitty, que buscan hacerse con el alijo y siguen a la pareja fugitiva desde California a la frontera con Méjico...
Robert Stone es, en palabras de su colega Ken Kesey, “un paranoico profesional, un tipo que detecta fuerzas siniestras detrás de cada galleta Oreo”. Así, la droga, y la devastación que deja a su paso, simbolizarían la guerra de Vietnam y sus consecuencias posteriores en la vida americana. Pero, metáforas aparte, “Dog soldiers” funciona como un relato vertiginoso, muy narrativo, muy dialogado –virtudes que transparenta esta excelente traducción - y con personajes redondos. 400 páginas que pasan volando al ritmo acelerado de la huida.
(Reseña publicada en periódico Bilbao)

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