martes, 14 de mayo de 2013

PAISAJES PERDIDOS. EL PALACIO DE LA DUQUESA.

 
 
 














Todavía no lo está –perdido del todo- pero le quedan dos telediarios al palacio dieciochesco.
Yo entré una vez cuando iba de reportero dicharachero, entonces el inmueble era casa de vecinos, que pagaban mil pesetas de renta antigua:  casas de cuatrocientos metros cuadrados en las que la vista se perdía hacia los techos altísimos...


Después los munícipes se pusieron farrucos y echaron a todo cristo a la calle. Menos a una vieja, cuasicentenaria, que había nacido en el caserón y allí murió no hace mucho.
Decían que iban a hacer una biblioteca, una academia de música, “alojamientos para jóvenes”. Rollos.

 
 
Aquello era el reino de la rata y la litrona, hasta que llegó una empresa de vigilancia que se llevó una millonada.
El palacio, en la cabecera del Rastro, contaba con la máxima protección histórico artística. Había pertenecido a la duquesa de Sueca, mujer de Godoy. 
Ahora lo declaran ruina inminente, y dicen que tiene peligro de derrumbe sobre el colindante instituto San Isidro (imágenes claustro instituto SI).
 






Algunas noches entre pitidos de ambulancia y pitidos de móviles pensaba en la ciudad profundizando hacia sí misma y en los patios abandonados, espadachines y caballerizas, laberintos subterráneos que descienden a los pozos de los árabes.
Patios dentro de otros patios y casas dentro de otras casas.
Una pena.






2 comentarios: