domingo, 25 de agosto de 2013

BONAVAL EN RUINAS

 




Seguimos recogiendo las viejas carreteras, mientras quede salud… y pasta para gasolina. Hacía años que no recalaba en el viejo monasterio de Bonaval: Viejo es poco, data del  1100, aunque es dudoso que siga en pie otros mil años más. Todavía en 2008, uno podía subir al tejado, aunque ya crecieran en él los árboles. Un año después clausuraron los desgastados escalones de caracol, luego vallaron todo el perímetro. Ahora han ido más lejos y ya no se puede acceder en coche, hay que dejarlo a un par de kms. Bien por la barrera disuasoria para los domingueros.





 

Hace unos meses pusieron en la tele una película sobre la guerra civil, rodada tal cual en el patio del monasterio, donde acampaban los milicianos: una peli ochentera, probablemente entonces ni hacía falta permiso para rodar allí.  Entonces, además, quién se habría acercado por aquellos perdidos caminos.


Ahora, caminando, recorriendo el fresco robledal, con la visión al fondo de los montes, deteniéndose para beber en la fuente de los frailes, es mayor el recogimiento con el que se llega… Sólo encontramos por la pista forestal un guardia idem que nos mira como ceñudo.
Recordaba el monasterio como una ruina coherente. Ahora parece una acumulación de piedras en dudoso equilibrio, a punto de desmoronarse y caer al camino. Ya el viento (¿) ha derribado la pared exterior de una de las galerías.

 






                     ¡COSPEDAL, DEJA LA PEINETA Y ARREGLA BONAVAL!
 

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