jueves, 4 de julio de 2019

UN TANGUE


Ya con ganas de salir al campo. Aquí en la ciudad sólo hay ruido, calor, y un hervor de peces muertos que salen a la superficie. Estoy esperando que venga un técnico para arreglar la tele, y luego ya si eso… Ya he hecho la rueda de las visitas y de los hospitales, por dolencias propias o ajenas. Ya he hecho una compra –por cierto me han hecho una tangana que es muy típica del comercio madrileño, la tangana de los cinco euros (y no me he dado cuenta por el embotamiento, calor, falta de reflejos, paquetes en las manos, otras compras pendientes, pero luego atando cabos…) el negro rastafari ha agitado un momento significativamente el billete de cinco euros mientras con la otra mano buscaba el cambio/chatarra que era el resto del cambio, vamos todo el cambio ha sido más un montón de papeletas con ofertas del supermercado que me ha puesto en la mano y en las que para mayor recochineo puede leerse AHORRAR ES MAS FACIL QUE NUNCA

(PS: acaba de aparecer (por sorpresa) el billete de 5 euros, pero creo que la entrada ha quedado bonita, así que la dejo, como paranoia o como involuntaria ficción)

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