viernes, 9 de diciembre de 2016

100 AÑOS DE KIRK






Cuando me noto que estoy muy mayor, pienso: tengo la mitad de años que Kirk Douglas. Sí, ya sé que el viejo Kirk lleva más o menos desde que se murió John Lennon sin hacer un gran papel..., alguna comedia familiar con su hijo Michael -quizá Kirk se apresuró a dejar el relevo a Michael “la bruja”: actor de producciones infames y alguna infección por hacer guarradas con Catherine z jones… (Lo de “la bruja” se lo puso Laura: los malos pelos, los mofletes. Siempre que le veo aparecer tengo la impresión de que está ahí porque le enchufó su padre.



                                                ¡tía buena...!
-¿quieres trabajar en el cine?
-¿qué tengo que hacer?

Hollywood ya no es lo que era. El genuino sabor americano de Kirk Douglas es ruso y es judío, Issur Danielovitch, físico impar, la persona/el personaje, aquel tipo sonriente, bienhumorado, parlanchín, saltarín, guasón, burlón, que se ríe de todo el mundo pero no le gusta que se rían de él. Se le congela la mueca, se le pone el ojo vago, se le tuerce la boca. Inquietante. Aparentemente amistoso, Kirk Douglas no se casaba con nadie, iba por libre.





Nadie ha tosido mejor en el cine que Kirk Douglas (el médico alcohólico de Duelo de titanes). Ni ha puesto mejor cara de asco/odio (el pistolero vengador de El último tren para Gunter Hill). Y cosas más raras: nadie ha bailado mejor encima de los remos de un barco (Los Vikingos) ni ha tocado mejor la balalaika (20.000 leguas de viaje submarino).

No hemos visto envejecer en el cine a Kirk Douglas y está bien así. No le hemos visto de viejo secundario, abogado, abuelo, mafioso en la sombra como a Robert Mitchum, Paul Newman, o a su viejo colega Burt Lancaster (quizá el único que aguantaba a Douglas, que no se dejaba quitar  protagonismo).

Kirk todavía protagoniza el cine más kitsch de los últimos setenta - Cactus Jack con Schwarzenagger, Saturno 3 con Farrah Fawcett Majors...,
                                                       ¡que me aplastas!
o aquella rarísima película de Brian de Palma, La furia, que empieza como thriller de judíos contra palestinos, sigue como aventura urbana en Nueva York, deriva a drama familiar y cuando entra la telepatía por medio deviene en terror terrorífico. A final (spoiler, que dicen los chorras) Kirk Douglas muere porque se cae de un tejado o le tiran o se lo ordenan mentalmente. Debió acabar tan mareado que dijo Hasta aquí.


 



   
Un monstruo... Felicidades, ¡y que cumplas muchos más...!







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