sábado, 9 de febrero de 2019

LA CITA


Dice con jactancia que tiene “una cita”*, pero interiormente está corroído. Ni tampoco sabe qué actitud tomar. Piensa que lo mejor será acudir sin expectativa, total, no sabe lo que va a pasar, sin proyecto, sin siquiera hacerse una idea de nada… Lo que pasa es que su cabeza, su pasada cabeza, empieza a arrancar por su cuenta, irrigando, bombeando la sangre el cerebro por todo el sistema nervioso. Y trata de conciliar una mezcla de actitudes la serenidad del monje la curiosidad del animal que deja que se le acerquen la indiferencia aparente de quien pasaba por allí la asertividad del que se ofrece y la flexibilidad del que está dispuesto a saltar, nadar o guardar la ropa, complicado le resulta lo de ser uno mismo


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