sábado, 30 de marzo de 2013

YELMO

 
Como desde Madrid se divisa, coronando el roquedo, como un inofensivo huevo o cascarón de piedra, nos dirigimos a lo alto del YELMO sin presentir la peligrosidad de…



La Pedriza, como una torrentera inversa con las rocas ascendiendo- rocas como las que uno imagina que cabalgó don Quijote en cueros aunque aquello fue en Sierra Morena…




Una grieta angosta a la espalda del yelmo es el único acceso –a no ser que escale uno la pared vertical/curvada orientada al sur, o sea la que mira a la ciudad-


apenas cabe por la grieta uno con la mochila a la espalda y si el poder apoyar brazos y piernas es menos peligroso, a pesar de la nieve resbalosa, la sensación de estrechamiento y angustia…



Zona tan próxima a Madrid y tan transitada que se hacen raras las historias, frecuentes, de montañeros perdidos o despeñados…Es  fácil subir y subir las paredes de piedra pero no tanto bajarlas, cuando de pronto se interrumpen
*para otra entrada dejo si me apetece la leyenda urbana del troglodita de La Pedriza que fue descubierto y obligado a abandonar su cubil, tras haber dado asilo a montañeros perdidos

 
 

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