A veces la impresión de quedarme fuera, de que la vida se desarrolla sin mí, las puertas cerradas, aún con buenas palabras y sonrisas, los caminos marcados, los bellos jardines conducen a la soledad y la salida de ésta se torna estrecha. Pero cuando ya siento lo peor, como si estuviera a los pies del caballo, un alegre muñeco vendrá entre la gente para sacarme de mi ensimismamiento.
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