Pasé por el hospital de O, Donnell y algo hablamos de Dostoievski -unos libros que tenía sobre la mesilla- y de unos papeles que al fin, en el duermevela, quedaron pendientes. Luego me dijeron que había salido, recuperándose cuando menos lo esperaban. Pero ya en aquella habitación al sol se palpaba la soledad terrible y blanca. La misma de todos. Gracias por todo, abogado, en lo que respecta a "la Historia" y también a uno mismo.
Muere Carlos Slepoy, abogado universal | España | EL PAÍS
Anoten bien su nombre: Carlos Slepoy, el abogado de los Derechos ...
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