No
he querido mirar en internet qué fue de Ritchie Blackmore, cuáles son ahora su
vida y sus proyectos, pero hace mucho que no suena el mítico guitarrista con su
gorrito de mago su gesto impertérrito y su querencia diabólica, mientras sus
compañeros de Deep Purple arrasan todavía y cobran millonadas por su afónico
espectáculo, en chandall y en chanclas, Blackmore, héroe innegable del grupo y
su estandarte (sobrevalorado para algunos) -y es que a lo mejor no era para
tanto, ya no se acuerda ni Dios- fue hundiéndose en la sombra, quitándose
importancia o dándosela más que nunca y ya en los vídeos con Rainbow, su
siguiente proyecto, apenas se deja ver, maduro, con chalequito negro negra y rizada
melena y cara de pasmo carita de rana camisa blanca -como quien no quiere la
cosa como eficiente mayordomo del grupo, cediendo en las imágenes el
protagonismo a los chillones cantantes y frenéticos pianistas, cuando es él el
que parte el bacalao, Ritchie Blackmore no participa de esa costumbre de los
músicos ingleses, sus compañeros de Rainbow y Purple que pasan a Black Sabbath
de repente, por ejemplo, en un baile de fichajes heavymetaleros, y ahora que
todos han vuelto no se sabe no contesta doestá mirando a la bola de cristal
dónde está Blackmore
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