domingo, 2 de julio de 2017

CAMARON

 

Venía por la carretera listening the music on the radio station y de repente, Camarón de la Isla. Su voz se perdía en las curvas y las revueltas porque la radio perdía fuelle, pero volvía a surgir en la tarde azul con luna. Sonando a campana de bronce, sonando a barrancas y a ríos, a humo subterráneo y a playas. Sonando por el ancho mundo sin agarraderos. Cuando empiezo a cantar llega un momento que ya no sé quién soy, que ya no sé quién canta, pero creo que no soy yo -25 años de su muerte y aquello que dijo el otro: Pasarán muchos años antes de que Dios nos mande otro extraterrestre. Ná es eterno.

 

 

 




viernes, 23 de junio de 2017

SANJUAN

 

 
Hogueras de Sanjuan... Entrando a Vizcaya, por Orduña, desde el tren, montañas de ropa a las afueras de los pueblos, humos apaches… La hoguera de Zugaztieta de la que rescaté una chamarra vaquera que a día de hoy debe andar en el fondo de un armario, desteñida y riéndose de todo... Después, paredones en los barrios de Madrid –una fogata en Chueca, hoy impensable- o la que hicimos tres amigos en la Cornisa, con un helicóptero sobrevolando (pero nadie vino a apagarla, permisivos). Luego había una hoguera “oficial”, la de San Juan Bautista, donde estaban los munipas, ambulancias, la tele, sólo faltaban sponsors…
El fuego de papeles viejos que hizo Lautxu en la terraza de la calle Misterios, poco antes de conocernos -esa noche Pablo y yo en la casa de la sierra, donde no hubo hogueras, sino apagón y tormenta, el pueblo negro y los rayos encendiendo el campo con una luz violenta… Pero Sanjuan son días de crepúsculos y lejanías, las distancias se agrandan y parece que puedes andar y andar, atravesando las montañas, y la luz te sigue, sin apagarse nunca.
 
 

jueves, 22 de junio de 2017

BEACH BOYS


 
 
Veo que tocan los Beach Boys en un teatro de Madrid. Hace unos años, el primer verano que pasamos aquí, cuando había conciertos en la Casa de Campo, les oímos aquí abajo, verles no les vimos, porque los Veranos de la Villa valían una pasta. Al principio, se podían ver desde fuera, desde el pinar y desde más cerca, subidos a unos andamios que daban al escenario, luego a mala hostia cerraron el recinto con unas vallas negras y altas, pero se escuchaba igual. Estábamos sentados entre los pinos y la peña bailaba amistosamente.
 
Eran unos tarras, pero sonaban muy bien. Salieron en la tele, al mediodía, con todo el calor, en Madrid Río, sin una puta sombra. Con dos cojones.

 

Eran unos guiris viejos de gorra y gafas de sol, y eso que en su mayoría de segunda generación, ya no estaban los hermanos Wilson: Denis porque se ahogó, otro porque se murió también y el genial Brian Wilson, porque le dieron bola cuando le metieron al psiquiátricos. Les comandaba ahora su primo Mike Love, que no era tan primo pues fue el que registró el grupo a su nombre.

 


Ahora que empieza el verano, pero hace demasiado calor para disfrutarlo, bajo las persianas, enchufo el ventilador y pongo a los Beach Boys.

The Beach Boys- I Can Hear Music (1969) - YouTube

 


Denis Wilson con su amigo Charles Manson

MURAKAMI

Otro libro que he sacado de la biblioteca es el último de Murakami, De qué hablo cuando hablo de escribir. ¿De qué hablo? Mayormente de tonterías, la cosa es gastar papel. De que tengo los mejores agentes de Niu York y me quieren mucho. De que en Japon me adoran gentes de todas las edades, pero la juventud sobre todo… De que, aparte de todo, yo soy una persona normalísima, igual que ustedes. Pues a la mierda, hombre, vaya usted a la mierda.