Venía
por la carretera listening the music on the radio station y de repente, Camarón
de la Isla. Su voz se perdía en las curvas y las revueltas porque la radio
perdía fuelle, pero volvía a surgir en la tarde azul con luna. Sonando a campana
de bronce, sonando a barrancas y a ríos, a humo subterráneo y a playas. Sonando
por el ancho mundo sin agarraderos. Cuando
empiezo a cantar llega un momento que ya no sé quién soy, que ya no sé quién
canta, pero creo que no soy yo -25 años de su muerte y aquello que
dijo el otro: Pasarán muchos años antes de que Dios nos mande otro extraterrestre. Ná es eterno.
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