Veo
que tocan los Beach Boys en un teatro de Madrid. Hace unos años, el primer
verano que pasamos aquí, cuando había conciertos en la Casa de Campo, les oímos
aquí abajo, verles no les vimos, porque los Veranos de la Villa valían una
pasta. Al principio, se podían ver desde fuera, desde el pinar y desde más
cerca, subidos a unos andamios que daban al escenario, luego a mala hostia
cerraron el recinto con unas vallas negras y altas, pero se escuchaba igual. Estábamos
sentados entre los pinos y la peña bailaba amistosamente.
Eran
unos tarras, pero sonaban muy bien. Salieron en la tele, al mediodía, con todo
el calor, en Madrid Río, sin una puta sombra. Con dos cojones.
Eran
unos guiris viejos de gorra y gafas de sol, y eso que en su mayoría de segunda
generación, ya no estaban los hermanos Wilson: Denis porque se ahogó, otro
porque se murió también y el genial Brian Wilson, porque le dieron bola cuando
le metieron al psiquiátricos. Les comandaba ahora su primo Mike Love, que no
era tan primo pues fue el que registró el grupo a su nombre.
Ahora
que empieza el verano, pero hace demasiado calor para disfrutarlo, bajo las
persianas, enchufo el ventilador y pongo a los Beach Boys.
No hay comentarios:
Publicar un comentario