El legado principal de Dickens no es esa narratividad que, según los posmodernos, le entroncaría tanto con Faulkner y con Kafka como con The wire y otras series de telefilmes, sino la elevación a héroe del niño expósito –David Copperfield, Oliver Twist, el Pip de Grandes esperanzas-, contrafiguras del propio autor con las que es difícil no identificarse… No importa demasiado, ni le quita grandeza, que en un momento determinado irrumpan en sus obras el azar y la providencia, desenlaces artificiales, elementos más épicos que novelescos, para dar la vuelta a un orden injusto y restituir al niño de manos manchadas de betún a un mundo feliz, convertido de pronto el pequeño vagabundo que corre para salvar su vida en heredero de una gran fortuna, según irrefutables pruebas documentales o genéticas…
lunes, 30 de enero de 2012
HOMENAJE A DICKENS
El legado principal de Dickens no es esa narratividad que, según los posmodernos, le entroncaría tanto con Faulkner y con Kafka como con The wire y otras series de telefilmes, sino la elevación a héroe del niño expósito –David Copperfield, Oliver Twist, el Pip de Grandes esperanzas-, contrafiguras del propio autor con las que es difícil no identificarse… No importa demasiado, ni le quita grandeza, que en un momento determinado irrumpan en sus obras el azar y la providencia, desenlaces artificiales, elementos más épicos que novelescos, para dar la vuelta a un orden injusto y restituir al niño de manos manchadas de betún a un mundo feliz, convertido de pronto el pequeño vagabundo que corre para salvar su vida en heredero de una gran fortuna, según irrefutables pruebas documentales o genéticas…
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